miércoles, 24 de diciembre de 2008
Pedido
lunes, 15 de diciembre de 2008
Verano, parte primera.
Era verano y volvíamos del mar. Mi hermana había juntado dos baldes de caracoles e insistía ferozmente en llevarlos al departamento que alquilábamos junto con mis tíos en Mar del Plata. Mamá le dijo que, "de ninguna manera" y ella se puso a llorar con tal vehemencia que terminamos en el hospital: mi mamá, yo y el bronco espasmos de mi hermana. La cola era inmensa, se ve que a esa edad a todos se les da por llorar así cuando las madres no dejan hacer algo porque la mayoría eran nenas chicas.
Me fui al rato, le dije que me buscaran en la entrada. Di tres vueltas y nada, todos sentados, todos callados. A la vuelta número 4 me encontré con un chico que estaba ocupando mi lugar en la escalera de entrada, "ey, yo estaba sentada ahí" le dije. Se levantó, me dejó la escalera y se fue. Lo seguí. Me aturde el silencio. Che si querés te podés sentar. Siguió caminando como si nada.
miércoles, 10 de diciembre de 2008
Feliz cumple!!!
lunes, 1 de diciembre de 2008
Receta contra el olvido ajeno.
Escribir intrascendente para que parezca interesante.
Dejar todos los papeles acumulados y un día ordenarlos, no tirar nada pero dejarlos juntos, para que de la impresión de que es otra la que habita tu espacio.
Poner dos saquitos de té y dejarlos reposar cinco minutos, el agua embeberla en algodón y dejarlos en los ojos 20 minutos, repetir tres veces.
Tomar largas siestas e imaginar en ellas hombres y mujeres esbeltos que no pueden aguantarse por estar a solas, despertar aturdida.
Decidir por fin comprar a granel de la medicación ésa, porque no es la primera ni la última, a pesar de todo diagnóstico médico.
Sacar del placard, para matar el tiempo, los juegos de mesa y volver a esas bolsitas que yo misma cosí y rellené con arroz. Ganar miles de campeonatos de tinenti. Porque el solitario ya me aburrió.
jueves, 27 de noviembre de 2008
hace días que...
martes, 25 de noviembre de 2008
viernes, 14 de noviembre de 2008
Este pelo es mío.
miércoles, 12 de noviembre de 2008
Plegaria.
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viernes, 31 de octubre de 2008
martes, 28 de octubre de 2008
A tu salud!
Y que pasaría entonces si en lugar de tener en mis manos la copa vacía de vino, tendría otra cosa?, un teléfono por ejemplo, tu teléfono, porque para hablar soy buena aunque vos hayas dejado de escucharme hace rato, aunque mis palabras te resbalen como las gotitas de la lluvia contra la ventana de mi cuarto, vienen con fuerza, parece que atraviesan el vidrio y no, primero el impacto, después la suave e inexorable caída.
Armo una lista de cosas que te diría si esta fuera la última vez, a lo mejor deseo que sea como la primera, nerviosa con todas las palabras a flor de boca, queriendo ser correcta, austera pero no por eso menos sincera, queriendo evitar lo cursi pero sonar enamorada y todo en perfecta cadencia.
Si recupero, para tener, a modo de souvenir los apuntes de la derrota los voy a ordenar de otra manera, primero: las palabras, segundo: las palabras, tercero: las palabras, asi aparte de la memoria recupero tus silencios.
Vos pensalo nomás, es un buen negocio lo que te ofrezco, lo mío es tuyo y el resto me lo inventé, te daría detalles pormenorizados pero se acabó el vino y no creo estar del todo preparada para la resaca.
viernes, 10 de octubre de 2008
domingo, 28 de septiembre de 2008
Actriz de lujo.
viernes, 26 de septiembre de 2008
txt
domingo, 21 de septiembre de 2008
Feliz primavera!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
sábado, 20 de septiembre de 2008
Amor de primavera.
jueves, 18 de septiembre de 2008
RA.
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martes, 9 de septiembre de 2008
Sobran motivos para ir a verla.

lunes, 8 de septiembre de 2008
Último acto, escena final.
“¿Vos me estás hablando en serio a mí? ¿Qué querés que traiga de allá, un pedazo de la torre Eiffel, el campanario de Notre Dame, la torre de Pisa, la paella que me comí en Valencia?, esos son regalos que valen la pena, ¿entendés la diferencia? el resto es baratija para los turistas que se tiran de palomita en esas chucherias, a mí dejame, ese berretín que tiene la gente de acapararlo todo, de comprarlo todo y volver contando las monedas para tomarse el colectivo y volver a trabajar de 8 a 18 en una oficina del micro-centro, ah, eso sí, ellos seguro que te traían el llaverito de Paris o la postal de Roma”
No trajo regalos para nadie, ni siquiera un souvenir, se fue casi con lo puesto y no volvió con mucho más. Eso en el fondo lo amargaba, saber que se liquidó las últimas regalías de los derechos de autor y la paga completa por la dirección de varias de sus obras todavía en cartel, en un viaje inútil.
Está de vuelta después de un mes y medio. A sus íntimos les dirá que anduvo “de paseo por las Europas”, le gusta como suena en plural, le da como cierto aire de alcurnia. Les contará que fue a ver la temporada de Londres y que de paso, lo habitual: Italia, España y Francia, nada del otro mundo, exagerará cuando relate sus anécdotas, la gente que vio, los amigos que visitó, los personajes que lo reconocieron a él y no él a ellos. Ya se regocija al imaginarse la cara de sus amigos, mezcla de asombro y envidia. No ve las horas de convocarlos, inventa relatos elocuentes y maravillosas casualidades, piensa los remates y por momentos se siente pleno. Cree profundamente en cada una de sus palabras, tanto que a veces le cuesta darse cuenta cual es el hecho real y cual el pequeño agregado que él hace a fin de que el relato sea más verosímil.
Se la pasó encerrado buena parte de su estadía, la medicación para el cáncer no le alcanzó para el mes y medio y las últimas semanas las pasó en cama muerto de dolor y de miedo. Se alegra un poco de su suerte, de haberse sentido bien todo el tiempo tampoco la hubiera pasado mejor, habría sentido hambre y eso lo hubiera deprimido, no es muy alentador estar en Europa y no poder hacer y deshacer a su antojo.
De noche, a veces, tiene escalofríos. Le teme a la muerte, no a esa que viene con el fin de los días cuando ya no hay más nada, sino a la otra, esa que lo despierta cada mañana y le recuerda que por desgracia esta vivo, viejo, solo y sin un centavo.
Se lo mandó por correo su representante, una mañana en la que él estaba muy ocupado escuchando ópera. Lo recibió Yoly, la señora que trabaja en su casa desde hace más de veinte años. Ella es de su plena confianza: callada, eficiente, servicial y además, fundamental para él, Yoly sabe que hay momentos en los que el señor no puede ser interrumpido.
Él aceptó el libro por cortesía y porque es conciente de que necesita hacer el esfuerzo, por si mismo y por su bolsillo. Todo lo que llega a sus manos, desde hace años le parece una porquería, ilegible, obvio, sin vuelo y falto de toda metáfora y ésta no es la excepción. Tardó una semana en abrir el paquete, era un manojo de papeles sin siquiera abrochar, detesta la desprolijidad y el desparpajo con el que se manejan los autores jóvenes, le parece de una irreverencia imperdonable. Leyó el título: “Visitas después de hora”, se acordó de otro texto con el mismo nombre, le dio desconfianza. Llamó a su representante de inmediato, lo mejor era sacarse ese asunto de encima lo antes posible y evitar falsas expectativas, le dijo que no, que mejor no, que se disculpara por él. Su representante hizo silencio, tragó saliva y él adivinando las palabras que oiría detrás del tubo se adelantó: “estate tranquilo ya va aparecer lo que estoy buscando, además no me queda mucho, tiene que ser algo bueno de verdad, vos me entendes”. Del otro lado sólo se oyó silencio y lo que parecía el fin del diálogo se transformó en una última frase: “si estas buscando algo tan bueno, es mejor que sigas vos solo en eso, hasta acá llegue yo, pensé que entenderías razones, te estas cagando de hambre y tus argumentos son tan necios como cuando comías de forma opulenta. En fin, vos sabrás mejor que yo, por mi parte no voy a insistirte que estés bien y suerte con tu búsqueda. Cortó el teléfono sin responder, enojado acomodó como pudo su cuerpo, “el saco de huesos” como solía decir en broma y se recostó en el sofá. Las cosas solían verse de otra manera después de una siesta.
Antes de aceptar definitivamente y para darse ánimo, decidió leer de vuelta la primer hoja, esta vez en voz alta.
domingo, 7 de septiembre de 2008
Ay Lucrecia!

Te queremos,

sábado, 30 de agosto de 2008
El lenguaje del amor.
Ah, también me duplico por acá.
miércoles, 27 de agosto de 2008
domingo, 24 de agosto de 2008
Confesiones de la vida de otra.
martes, 19 de agosto de 2008
miércoles, 6 de agosto de 2008
Ritual.
sábado, 2 de agosto de 2008
viernes, 25 de julio de 2008
Cumpleaños
domingo, 20 de julio de 2008
Semana
domingo, 13 de julio de 2008
Fotonovela.

Duda de mí, lo veo en su mirada, no me dice nada. Se acomoda nuevamente en lo que parece ser el reposo del guerrero y cuando suspiro aliviada por haberme salvado del reto, lo escucho:


Te quiero, bien.
Tu hermano, Juanito Laguna.
*Este post va dedicado a Gi, porque sólo los que tenemos hermanos perrunos sabemos lo que se siente, te quiero amiga!!!
viernes, 11 de julio de 2008
domingo, 6 de julio de 2008
Mamá.

"Detrás de todo gran director, hay, evidentemente, una mejor actriz. Martina Gusmán se destaca en esta película y es a todas luces la mejor protagonista que podría haber elegido Trapero."
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domingo, 29 de junio de 2008
Lista...
sábado, 28 de junio de 2008
Sábado.
miércoles, 25 de junio de 2008
Yo confieso que...
lunes, 23 de junio de 2008
Dolor.
La última vez que me había sentido así tenía 8 años y el mate cocido hirviendo se me había volcado en el pantalón de polyester. Después de eso todo mal, en vez de hielo, crema y aloe vera. El pantalón que no sale y el dolor tan intenso en toda la pierna que casi no la siento. Mi mamá trata de consolarme, me ahogo en el llanto. Llegamos a la guardia del hospital, esta lleno de gente, lleno de nenes quemados, después voy a saber lo que es una quemadura de primero segundo y tercer grado. La mía por suerte es de segundo grado me dice el doctor. De todas maneras esta muy fea la piel y hay que sacarlo todo: la crema, el aloe vera, la tela que quedo adherida a la piel, todo. Me tapan con una sábana la cara para que no vea y me impresione. Mi mamá me agarra fuerte la cabeza, siento como empiezan a rasparme hasta quedar en carne viva, el dolor es insoportable, mamá me dice que ya está, que ya pasa, que falta poco. Ya no sé en que pensar, si fuera más creyente le pidiría a Dios con todas mis fuerzas, mi mamá lo hace por mí, a los gritos, no quiere que la vea llorar, es inútil, veo como le ruedan las lágrimas por la cara. "No llores mamá", le pido, "no duele tanto". Mentira, me duele, me aguanto, tengo que ser fuerte, siento algo frío, es como un bálsamo después de tanto ardor. El doctor dice que lo hice muy bien, me pregunta si me dolió, le digo que no, que un poquito apenas, mentira.
Mentira, igual a la de ahora cuando me preguntan qué me pasa, porque me duele todo, porque pasa el tiempo y no se va, esta ahí, agazapado, esperando que la memoria abra de par en par un recuerdo y me vuelvas a doler en todo el cuerpo, aunque no me hayas quemado, es más, aunque no me hayas ni siquiera rozado, igual duele y como.
sábado, 21 de junio de 2008
Falo- blogósfera.

jueves, 19 de junio de 2008
Feriado.
Si es feriado puedo sentarme en el sillón y barajar opciones. Tengo una listita de pendientes que titilan con más o menos intensidad según la prioridad a saber:
* Visitas, debo unas cuántas, algunas más cercas que otras, veremos si en breve puedo cruzar el charco (sigo soñando de forma recurrente con Uruguay) ayer lo vi a Galeano en el programa de Piglia y me acordé de nuevo. Ese hombre me conmueve profundamente, no termino de develar el misterio, no sé si es porque escribe lindo o porque cuenta las cosas más lindo aún.
domingo, 15 de junio de 2008
"La Ronda".

"A veces al amor hay que encontrarle la vuelta", de eso se trata la primer película de Inés Braum, es su debut como directora, pero no en el cine, trabajó como ayudante y asistente de dirección en: "El fondo del mar" de Damián Szifrón (2003) y en "La mujer Rota" de Sebastian Faena (2007). La vida en general da muchas vueltas, ni que hablar de nosotros, y a veces también da revancha.
Fresca, divertida, entretenida, con una galería de personajes muy bien logrados. Que después de los 90 el cine nacional tuvo un gran despegue, no es ninguna novedad, pero con el correr de la década se consolidaron dos bandos: los que cuentan siempre la misma historia o no saben cómo contarla y terminan haciendo siempre lo mismo y los que se animaron a una historia y eligieron como contarla. Es esa la clave, seleccionar, darle cuerpo a la historia y alma a los personajes. Esa es la historia que cuenta "la ronda", personajes que encuentran sin buscar y búsquedas que se dan encadenadas en un círculo repleto de sorpresas y humor. Suena un tanto naif ponerle "comedia romántica", pero a su manera lo es. Es que el amor también puede estar a la vuelta de la esquina.
Después de esta película dan ganas de saltar sobre la primer butaca sin acompañante y decir: -che, y vos, después de acá, tenés algo que hacer?
Prosa.
jueves, 12 de junio de 2008
Encargo.

domingo, 8 de junio de 2008
Tibias sábanas.
sábado, 7 de junio de 2008
¡Feliz día!
martes, 3 de junio de 2008
Regalo adelantado.

domingo, 1 de junio de 2008
Raro.
Extraño, pero no es porque extrañe en sí, es porque es domingo y eso complica todo aún más. La semana irá despejando la duda, como la neblina en un viaje larguísimo, el camino que parece que no lleva a ningún lado, que es todo igual y siempre en el mismo lugar, el parabrisas que se agita de un lado a otro sin desempañar nada. Todavía es de noche, pero si miro para arriba, a campo abierto se ven mejor todas las estrellas, las cuento y no me alcanza la noche, no me alcanzan los deseos.
Postales.
lunes, 26 de mayo de 2008
domingo, 25 de mayo de 2008
Una sólo de ellas.

La soledad, la falta de encuentro, la desilusión de lo que debería haber sido y no es, son fantasmas que se instalan como “karma” en la generación que cruza el umbral hacia la adultez…
La generación no del estar, sino del ser solos...
Yo soy sola. indaga en la vida de cuatro mujeres. Cuatro historias. Cuatro miradas.
Vera quiere ser la mejor, pero... ¿en qué?
Lina quiere al príncipe azul, pero... ¿dónde encontrarlo?
Mara quiere un hijo, pero... ¿con quién?
Inés quiere casarse, pero... ¿cómo?
Las cuatro quieren ser “felices”, pero... ¿de qué “felicidad” están hablando? ¿Cuál es el “modelo” a seguir? ¿Cómo se construye uno nuevo?
Yo soy sola. es una “comedia dramática” que habla de mujeres, (y de hombres) que no encuentran, que no entienden, y se preguntan cómo se construye el amor en los tiempos que corren...
A esta nueva generación, los sociólogos la llaman “la generación del silencio”, mujeres sin un modelo de ser mujer...
Entre logros profesionales, carpetitas tejidas al crochet, inseminaciones artificiales, príncipes azules que no llegan, casamientos, espermas comprados y congresos feministas, Yo soy sola. intenta dar voz a este silencio..."
Diario nuevo.
Y después dicen que no hay nada nuevo bajo el sol. Tarde otra vez, se agotó la primera edición antes de que yo lograra huir de sábanas ajenas el domingo 18. Llegué para la de hoy. Otro diario dominical, ¿le seguirá los pasos a "Perfil"?, me parece que el proyecto es menos ambicioso, "tendrá sólo distribución en capital y Gran Buenos Aires decía la gacetilla que leí hace unas semanas. Pero vayamos a lo importante, el diario. 56 páginas a color, formato tabloide : "Para los que piensan que hay más de una realidad. Para los que piensan que hace falta otra mirada. Para los que piensan”.“Miradas al sur” es el nuevo proyecto editorial del empresario de medios Sergio Spolski, que hace pocos meses adquirió “Buenos Aires Herald”. El diario se completa con una revista. "Asterisco" y la entrega de un dvd, el de este domingo es sobre la vida de Walsh.
Hay una especie de entusiasmo editorial, dos diarios en un mismo trimestre es un panorama más que entusiasta. Vivimos tiempos ciber-mediatizados, los bloggers son los nuevos protagonistas, la noticia cada vez más breve es la vedette y entre tanto aire efímero, un diario. Sorprende la cantidad de notas de "el interior"(para ser un diario dominical) al menos en materia política. En cuanto al diseño tiene bastantes rasgos estilísticos en común a "Crítica", no así en el contenido de la información. Todavía no queda del todo claro la distribución de las secciones y de qué va cada una, eclecticismo periodístico, que le dicen. Las notas están bien escritas, hay de fondo una nostalgia de cuando todos éramos jóvenes, de izquierda y militábamos, quizás sea por los nombres, además de Anguita, el staff se completa con: Ricardo Ragendorfer, Rubén Pereyra, José Vales, Francisco Balazs y Pablo Orsi (editores), Walter Goobar y Francisco Cofre (redactores especiales) y Aldo Ferrer, Enrique Vázquez, Felipe Yapar, Jorge Busico, Gabriel Michi, Carlos Polimeni y Noemí Cohen (columnistas). La responsable de diagramación es Sara Paoletti y el editor fotográfico es Nicolás Anguita.
Todo proyecto nuevo genera entusiasmo y más si es un diario de papel. En estos días de besos por celular, sexo por mail y orgías por chat, está bueno que el papel tenga algo para decir. Quizás sea mi perversión fetichista para con el papel y más de uno me dirá que los diarios terminan envolviendo huevos. Aunque muchahos, seamos honestos, lo dicho nada tiene que ver con lo escrito. La palabra impresa, sigue pesando, aunque nomas sea en la memoria de los que todavía leemos.
sábado, 24 de mayo de 2008
Suerte o destino.
Ella se levantó tarde otra vez.
El señor Vicente acaba de bajar del avión.
Ella se quedó sin excusas hace rato, llama desesperada a una compañera, le ruega, le implora que la cubra.
El señor Vicente esta cansado de tanto viaje.
Ella pide un remís y aprovecha el tiempo del viaje para cambiarse y maquillarse en el auto.
El señor Vicente sólo piensa en conseguir un taxi que lo deje en su casa.
Ella en el viaje piensa que no puede más, que esta cansada, que si dejara por un momento de pensar en él, que se fue y que no va a volver, tal vez todo sería menos pesado.
El señor Vicente dejaría el equipaje y se iría con lo puesto si fuera por él, quiere llegar y por fin descansar.
Ella repasa mentalmente todas las tareas que debe hacer a velocidad de rayo apenas llegue.
El señor Vicente no trae regalos para nadie.
Ella ruega que el avión no parta, piensa que si sigue así un día de estos va a llegar y lo va a ver desde la pista levantar vuelo sin ella dentro.
El señor Vicente hace unos pasos con su abultada maleta y para un taxi.
Ella llega más que justo, se alegra de haber adelantado su reloj 15 minutos, son 15 minutos menos tarde, piensa.
El señor Vicente se va por fin del aeropuerto rumbo a su casa.
Ella por fin se sube al avión.
Tres meses después.
El señor Vicente vuelve a viajar y
Ella le solicita el pasaje y le indica donde esta su asiento, le dice que espera disfrute del vuelo.
El señor Vicente se da cuenta de lo bella que es, para cuando reparó en este detalle, ya habían compartido juntos 25 vuelos sin escala en bissness class.
Ella ya no llega más tarde a ningún lado, incluyendo el trabajo.
El señor Vicente no sabe como llamar su atención y la solicita a cada rato con una excusa diferente.
Ella no espera más a ése que se fue y nunca más volvió. Por fin empieza a pensar que el amor puede estar en cualquier parte y que a veces es suerte y otras, destino.
viernes, 23 de mayo de 2008
Summertime.
jueves, 22 de mayo de 2008
Contar las cosas.

martes, 20 de mayo de 2008
Salgo del drama y escribo otro, al menos no autobiográfico. Intento de cuento policial. Sean ustedes bienvenidos.
Cuestión de fe.
I
Mi primer franco en 6 meses, en una semana y media las vacaciones, más no se podía pedir. Había sido un año movido, mi traslado de la federal a la de provincia, pedí el cambio harto ya de los robos a jubilados, las denuncias de falsas llamadas por falsos secuestros, los chorros de celulares y los cuentos del tío que para mi asombro siguen garpando y como, ni los argumentos cambian los muy turros.
En esas instancias rumbeaba lo mío, después de las merecidas vacaciones, el traspaso definitivo.
Los planes para esa noche, encuentro con amigos, asado y algunas copas de más sin culpa, debía reportarme en la comisaría después del medio día.
La última vez que mire el reloj: las 4 y media de la mañana. Lo ideal sería dormir hasta tarde y caer en la seccional con una pizza, eso nunca fallaba.
En lo mejor del sueño, suena el celular, "no atiendo ni en pedo", a los 2 minutos, el celular de la comisaria. Ya no me podía hacer el boludo. Me incorporé como pude y atendí:“Hola, ¿Tolosa? le habla el comisario Martinez, tiene que venir a Lomas, hubo un crimen en el psiquiátrico que esta cerca de la estación, le mandaría un móvil pero la verdad es que los tengo a todos ocupados en este asunto, usted comprenderá. Ya le explicaré más detalladamente cuando llegue. Apúrese”. Eran las seis menos cuarto, un taxi me comería lo que me quedaba de sueldo, no tenía opción, colectivo, tren y subte. Llegué a las 7 y media. Apenas estuve en el lugar y ví el despliegue pensé, hoy va a ser un día largo. (sigue acá)
domingo, 18 de mayo de 2008
Estoy en la instancia en la que me harto de hablar sobre mí, de escribir de mí, en el momento en que los textos me llevan más que un par de horas y que la búsqueda en y para el texto, es ardua, trabajosa, casi como dijo Fito de Pity, en un recital: "observen bien, porque lo que hace este muchacho es un trabajo de orfebrería", en eso pensaba hoy cuando me senté en la pc a revisar por enésima vez el cuento policial que escribí la semana pasada. Se lo leí a él, le gustó, lo noté, hice pequeñas pausas en los momentos claves para ver si lo atrapaba el relato, pequeños silencios que lo sacaban de timing y me decía, "dale, dale, seguí", pero igual al final noté como que hubiera esperado más del texto, no me lo dijo, pero me di cuenta igual. "Me encanta como lo leés me dijo", no me dijo, "me encanta lo que leés", mujeres, nada nos viene bien.
Ya mandé los sumarios, ya me dieron el ok de un par, ya estoy produciendo las notas, ya tengo fecha de entrega, de cierre de edición y sin embargo, ese gustito de falta algo, quizás sea el fetiche del papel, de la cosa impresa.
Me pica lo de recibirme, lo del título y me rasco a destiempo, así no, nena.
Menos mal que no quería hablar de mí.
Temporada estival.
jueves, 15 de mayo de 2008
Mimos a la derecha por favor.
No sé mentir, debería haber aprendido un poco, o al menos algo parecido, a simular, a no decir nada o hacer como que acá no pasó niente, pero no puedo, no sirvo. Mañana cuando llegue al laburo me van a preguntar: "¿ Y, cómo te fue?", hasta el perro sabe que me quedan 6 finales, hasta el perro aprendió a contar y cada vez que se acerca la bendita fecha de examen pone cara de:"¿y, tacho o no?" Mi cara lo dice todo, mi cuerpo es la antesala de la verdad. Después de esperar más de 9 horas para rendir un final me fui antes de que me llamaran, otra vez sopa, pensé que esa era una parte que se clausuraba después de que en una situación similar logré dejar mi conducta abandónica y rendí un condenado final, pensé que esa era la vuelta definitiva a las pistas o más bien a las aulas, pero se ve que no, se ve que no estoy tan curada. Las primeras horas pasaron apacibles, las últimas una tortura, no era capaz de reponer una palabra, un concepto, dar lástima no es lo mío y pasar vergüenza tampoco me inspiraba. Salí de la facultad y me tomé el primer colectivo que vino, pura coincidencia que me dejara cerca de casa. Llegué derrotada, me tiré en la cama y no pronuncié palabra, no hizo falta, a esta altura mi accionar, a veces patológico, desplegó grandes lectores de indicios. Mi madre dice barbaridades, por lo bajo, como para que me sienta sumamente culpable pero evitando la mediación cara a cara, sabe que no tengo fuerzas para el embate. Mi hermana me acaricia la cabeza hasta que me quedo dormida. Me despierto al rato, como a las 2 horas, estoy sola, me asusta Juanito que emerge de entre las sábanas, me guiña el ojo y se acurruca al lado mio, me cuenta que hoy fue a la veterinaria, que le cortaron las uñas y que le aplicaron una inyección porque tuvo un desgarro, "sí, eso de no poder estirar bien la patita finalmente era un desgarro", me dice. No emito sonido, al rato como quien no quiere la cosa me interpela, che y vos para contar nada, no?
martes, 13 de mayo de 2008
viernes, 9 de mayo de 2008
Aguafuerte del fusilamiento de Di Giovanni.
Todos vamos en busca de Severino Di Giovanni para verlo morir.
Espacio de cielo azul. Adoquinado rústico. Prado verde. Una cómoda silla de comedor en medio del prado. Tropa. Máuseres. Lámparas cuya luz castiga la oscuridad. Un rectángulo. Parece un ring. El ring de la muerte. Un oficial.
«...de acuerdo a las disposiciones... por violación del bando... ley número...».
El oficial bajo la pantalla enlozada. Frente a él, una cabeza. Un rostro que parece embadurnado de aceite rojo. Unos ojos terribles y fijos, barnizados de fiebre. Negro círculo de cabezas.
Es Severino Di Giovanni. Mandíbula prominente. Frente huida hacia las sienes como las de las panteras. Labios finos y extraordinariamente rojos. Frente roja. Mejillas rojas. Pecho ribeteado por las solapas azules de la blusa. Los labios parecen llagas pulimentadas. Se entreabren lentamente y la lengua, más roja que un pimiento, lame los labios, los humedece. Ese cuerpo arde en temperatura. Paladea la muerte.
El oficial lee:
«... artículo número.. ley de estado de sitio... superior tribunal... visto... pásese al superior tribunal... de guerra, tropa y suboficiales...».
Di Giovanni mira el rostro del oficial. Proyecta sobre ese rostro la fuerza tremenda de su mirada y de la voluntad que lo mantiene sereno.
«... estando probado apercíbase al teniente... Rizzo Patrón, vocales... tenientes coroneles... bando... dése copia... foja número...».
Di Giovanni se humedece los labios, con la lengua. Escucha con atención, parece que analizara las cláusulas de un contrato cuyas estipulaciones son importantísimas. Mueve la cabeza con asentimiento, frente a la propiedad de los términos con que está redactada la sentencia.
«... Dése vista al Ministro de Guerra... sea fusilado... firmado, secretario...».
«–Quisiera pedirle perdón al teniente defensor...»
Una voz: «–No puede hablar. Llévenlo.»
El condenado camina como un pato. Los pies aherrojados con una barra de hierro a las esposas que amarran las manos. Atraviesa la franja del adoquinado rústico. Algunos espectadores se ríen. ¿Zonzera? ¿Nerviosidad? ¡Quién sabe!
El reo se sienta reposadamente en el banquillo. Apoya la espalda y saca pecho. Mira arriba. Lueso se inclina y parece, con las manos abandonadas en las rodillas abiertas, un hombre que cuida el fuego mientras se calienta el agua para tomar el mate.
Permanece así cuatro segundos. Un suboficial le cruza una soga al pecho, para que cuando los proyectiles lo maten no ruede por tierra. Di Giovanni gira la cabeza de derecha a izquierda y se deja amarrar.
Ha formado el blanco pelotón fusilero. El suboficial quiere vendar al condenado. Este gruita:
«–Venda no.»
Mira tiesamente a los ejecutores. Emana voluntad. Si sufre o no, es un secreto. Pero permanece así, tieso, orgulloso.
Surge una dificultad. El temor al rebote de las balas hace que se ordene a la tropa, perpendicular al pelotón fusilero, retirarse unos pasos.
Di Giovanni permanece recto, apoyada la espalda en el respaldar. Sobre su cabeza, en una franja de muralla gris, se mueven piernas de soldados. Saca pecho. ¿Será para recibir las balas?
«–Pelotón, firme. Apunten.»
La voz del reo estalla metálica, vibrante:
«–¡Viva la anarquía!»
«–¡Fuego!»
Resplandor subitáneo. Un cuerpo recio se ha convertido en una doblada lámina de papel. Las balas rompen la soga. El cuerpo cae de cabeza y queda en el pasto verde con las manos tocando las rodillas.
Fogonazo del tiro de gracia.
Las balas han escrito la última palabra en el cuerpo del reo. El rostro permanece sereno. Pálido. Los ojos entreabiertos. Un herrero martillea a los pies del cadáver. Quita los remaches del grillete y de la barra de hierro. Un médico lo observa. Certifica que el condenado ha muerto. Un señor, que ha venido de frac y con zapatos de baile, se retira con la galera en la coronilla. Parece que saliera del cabaret. Otro dice una mala palabra.
Veo cuatro muchachos, pálidos, como muertos y desfigurados, que se muerden los labios; son: Gauna, de "La Razón", Alvarez, de "Ultima Hora", Enrique González Tuñón, de "Crítica", y Gómez, de "El Mundo". Yo estoy como borracho. Pienso en los que se reían. Pienso que a la entrada de la Penitenciaría debería ponerse un cartel que rezara:
«–Está prohibido reírse.»
«–Está prohibido concurrir con zapatos de baile.»