Y que pasaría entonces si en lugar de tener en mis manos la copa vacía de vino, tendría otra cosa?, un teléfono por ejemplo, tu teléfono, porque para hablar soy buena aunque vos hayas dejado de escucharme hace rato, aunque mis palabras te resbalen como las gotitas de la lluvia contra la ventana de mi cuarto, vienen con fuerza, parece que atraviesan el vidrio y no, primero el impacto, después la suave e inexorable caída.
Armo una lista de cosas que te diría si esta fuera la última vez, a lo mejor deseo que sea como la primera, nerviosa con todas las palabras a flor de boca, queriendo ser correcta, austera pero no por eso menos sincera, queriendo evitar lo cursi pero sonar enamorada y todo en perfecta cadencia.
Si recupero, para tener, a modo de souvenir los apuntes de la derrota los voy a ordenar de otra manera, primero: las palabras, segundo: las palabras, tercero: las palabras, asi aparte de la memoria recupero tus silencios.
Vos pensalo nomás, es un buen negocio lo que te ofrezco, lo mío es tuyo y el resto me lo inventé, te daría detalles pormenorizados pero se acabó el vino y no creo estar del todo preparada para la resaca.
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