Antes, cuando éramos una totalidad, el abrazo nos podía matar, ahora que todo queda tan lejos, lo que nos mata es ni siquiera intentarlo.
Nada y todo se parecen cada vez más, igual no me gustaría estar ahí cuando decidan fusionarse de nuevo.
La búsqueda es la única llama que mantiene vivo al fuego.
Y aunque mis escazas maderitas no alcancen para mucho, sigo al calor.
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