viernes, 29 de octubre de 2010

Algo que quería compartir con ustedes.

Estuve dando muchas vueltas antes de escribir este post.

Ayer fui a la plaza, dato inédito en mi persona, ya que no suelo moverme mucho y menos cuando se trata de política. Pero me embargaba una emoción que superaba la mera actitud pasiva de ver las imágenes por televisión.

A esta altura soy una "letrada" en materia de peronismo, me leí de un saque hace un par de meses "Santa Evita" y "La novela de Perón" de Tomás Eloy Martínez. Las prácticas de mi residencia fueron con la materia Historia y ¿qué tocó?, sí, adivinaron: Peronismo.

No soy peronista, ni intelectual, aunque el bueno de Gramsci diría que todos somos intelectuales. Pero desde que tengo uso de razón, reconozco que nunca antes había seguido con tanta ilusión a un gobierno político. Lo que sigue es una listita con hechos de ambos gobiernos, porque como decía el general, suelo usar éstas frases mucho en la vida cotidiana, "mejor que decir es hacer y mejor que prometer es realizar".

- Nulidad de las leyes de "Punto final y obediencia debida".

- Políticas en favor de los derechos humanos.

- Pago de la deuda del FMI.

- Estatización de Aerolíneas

- Renovación de la corte suprema de justicia.

- Nacionalización de jubilaciones privadas.

- Ley de medios audiovisuales.

- Asignación universal por hijo.

- Jubilación de amas de casa.

- Ley de matrimonio igualitario.

- Proyecto UNASUR- Unión de naciones Suramericanas.

Creo que el mayor logro, después del peronismo si queremos hacer una lectura histórica, es haberle devuelto por medio de leyes, institucionalidad a nuestra tan vapuleada democracia.

El como, la manera y la forma son discutibles, pero ojalá sirva para mirar para adelante y construir entre todos la Argentina que queremos.

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martes, 26 de octubre de 2010

Desgracia con suerte...

... es cuando de repente y sin previo aviso el monitor empieza a hacer unas rayas furiosas que no ceden ante tus torpes primeros auxilios de golpear la pantalla y tocar el menú. Es ahí donde empezás a pensar que vas a tener que pedir prestado un monitor a tu amiga o irte a vivir a un locutorio porque tenés que entregar dos notas mañana y sobre todo porque te acabas de gastar tus ahorros en un sommier, una biblioteca, una silla y una mesa de luz nueva pensando en ir de a poco amoblando el espacio para cuando te mudes. Y ves claramente como se te van empañando las vacaciones y nublándose de cuotas de la tarjeta tu magro sueldo.
Pero menos mal que respiraste hondo, diste vuelta el mueble de la computadora, te armaste de paciencia y desenredaste uno a uno los cables. Dio sus frutos, estaba desenroscado el enchufe del monitor. Volvés a mirar y todo esta ahí como hace cinco minutos atrás: los muebles de la mudanza, las vacaciones y la estúpida y cristalina ilusión de que se puede ahorrar.
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domingo, 17 de octubre de 2010

Con hielo o frozen...

... bastante parecido a la felicidad.



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Orsai.

"El Lanzamiento será en Mercedes", proclamaba Hernán casciari desde su blog. El autor de, "Más respeto que soy tu madre", "Diario de una mujer gorda", "España perdiste" y el más reciente "El nuevo paraíso de los tontos", entre otros textos anunciaba que la revista cultural que estoy esperando desde hace un tiempo vería la luz acá, en Argentina. En Mercedes más precisamente. Casciari vive desde hace diez años en España y preparaba, según él, el proyecto más ambicioso en lo personal y profesional en el que se había embarcado hasta ahora, hacer una revista cultural de calidad, sin intermediarios ni publicidad, con su inseparable amigo, "El chiri". Una revista de lectores para lectores. El sueño dorado para quienes tanto disfrutamos de la lectura.
Cada semana, durante los últimos meses entré al blog para conocer los detalles de la revista, las firmas que aparecerían, los contenidos y los invitados ilustres que se irían sumando. Si bien Casciari fue subiendo al blog la información por goteo, la incógnita más grande, era, cómo sería la tapa de la revista. La espera terminó cuando el pasado 21 de diciembre Hernán contó que la presentación de la revista sería en Mercedes, el pueblo donde nacieron y crecieron los autores. En la cancha de fútbol, con un picnic protagonizado por las pizzas de comequechu, otro personaje clave en la historia de la revista Orsai, porque la redacción que está en Saint Celoni, España tiene en la planta baja una pizzería atendida por su dueño, comequechu, también oriundo de Mercedes.


Lo primero que pasó por mi cabeza cuando me enteré de la noticia fue: "No me lo quiero perder. No me lo puedo perder. No me lo voy a perder". Y así fue. No me lo perdí.

Llegué cerca de las siete y media cuando estaban casi todos reunidos. El clima era de pura fiesta. Gente en el pasto, haciendo cola para probar las míticas pizzas, charlando, viéndose por primera vez. Porque la mayoría de los presentes eran fanáticos del blog pero solo se conocían por los comentarios, así que por fin los nicks tenían cara y los comments cuerpo.

La presentación no se hizo esperar y a eso de las ocho y media Osvaldo Príncipi sentenció, "de Mercedes para el mundo... el lanzamiento de Orsai", al tiempo que el Chiri y Hernán destapaban el velo blanco que cubría la gigantografía del número uno. Los lectores estallaron en aplausos. Hernán y El Chiri dijeron como pudieron lo que tenían preparado porque se notaba el nerviosismo y la emoción.

Y como en las mejores fiestas no puede faltar música, Zambayonny viajó desde Bahía Blanca para compartir la alegría y celebrarlo con unos de los temas preferidos de los autores, que fue banda sonora de las largas reuniones de redacción: "el equilibrio del mundo" y mi preferido, "el último peaje".

Sobre el final se sumó el periodista Alejandro Seselovsky, el autor de la crónica del número uno y fue una charla de amigos y una lección de periodismo a la vez.
Los lectores preguntaron, los autores respondieron y con el paso de la tarde los allí presentes se fueron animando a saludar a acercarse. "Yo soy fulanito", "yo te escribí por tal cosa", "yo soy el que comenta con el nombre de"..., etc . Pero el momento más lindo fue cuando nos acercamos a Seselovsky que tenía el único ejemplar de la revista y por fin pude tenerla entre mis manos. "Es un libro", dijimos con los chicos que estaban ahí por lo lindo del papel y lo abultado del lomo.

Mientras tanto y para amainar la espera y graficar la crónica les dejo unas fotos, de la hermosa tarde que pasamos.




martes, 5 de octubre de 2010

Deja vu.

Abro la bandeja del mail y leo tu apellido.
Me pone un poco tensa pensar en noticias tuyas después de tanto tiempo. Le doy click a la bandeja de entrada y tarda en abrir, pienso que la perversidad del mundo complota contra mí. Sigue sin abrirse.
Entonces me imagino que tu mail trae novedades, buenas nuevas que no te permitieron ni siquiera hablarme por teléfono, pero si cortarme cada vez que veías mi numero en la pantallita del celular, pienso, pero me contengo y sigo con la lectura. Que ya tenés fecha de publicación de la novela, que estás corrigiendo los últimos detalles y que la tarea te tiene obsesionado y tan abocado que distinguís el paso de las horas por el ruido de la panza que te empuja a la heladera para cocinarte algo. Ahí te topás con el reloj de la cocina y algunas veces es de noche, otras de tarde y a veces, las menos, bien temprano en la mañana. Te está dejando ciego el teclado pero todo sea por cerrar a tiempo lo que empezaste hace algunos años, que una vez que termines la novela será una etapa cerrada y podrás dedicarte a tus otros pendientes. Pero que a pesar de tanto trajín hoy te acordaste de mí y decidiste, en medio de la noche, mandarme este mail para que dejemos de comunicarnos por telepatía y para hacerme saber que no es que te negás, es que estás con cosas, con muchas cosas.
Finalmente se abre la bandeja y descubro que lo único que hay de vos es el apellido, el mismo que compartís con una amiga que me escribe para contarme cosas a las que no les presto atención porque me pone un poco tensa pensar en noticias tuyas después de tanto tiempo. Le doy click a la bandeja de entrada y tarda en abrir, pienso que la perversidad del mundo complota contra mí. Sigue sin abrirse.