jueves, 10 de diciembre de 2009

La gran cagada.

Algo no anda bien. Estoy gastando hasta el último centavo en pelotudeces. De repente cualquier cosa me parece absolutamente necesaria, con lo cual en la última semana me hice de: una linterna que ya no alumbra, cien mil lápiceras en una y no logro escribir nada y no es por falta de ideas, tinta eso le falta a la facking birome esa, medias simil naiky que eran anti-transpirantes pero se ve que no resistentes al agua porque se dehicieron en el primer lavado, una cartera color jade de cuero, ¿color jade? ¿en qué carajo estás pensando, qué vas a hacer con eso en invierno por ejemplo?, un cuadernito para usar de anotador y van 3567.289, en blanco, color té con leche se volverá en breve ante la falta de uso, tres libros de poesía porque uno era muy poco, aunque nunca leo poesía, un jean 2 talles más chico, porque pienso adelgazar pero resulta que al día de la fecha un elefante embarazado tiene más cintura que yo y la lista sigue. Pero la cagada más grande me la mandé esta mañana. Con la plata que no pude gastar en pelotudeces, porque en el bondi no aceptan débito, decidí hacer una inversión importante. Y resulta que entonces tenemos, algo de plata que logré rescatar de las ofertas y las liquidaciones, algo que me dieron de regalo por recibirme y unos meses de espera hicieron que a esta altura la suma sea suculenta, para qué?, para una notebook. Pero no cualquiera, la señora no quiere una notebook, la señora quiere: "la notebook". El asunto es que desde hace semanas retomé contacto con todos mis amigos que tiene tarjetas de crédito y me volví fan de las cadenas de las grandes marcas y voy a visitarlas todos los días en busca de la oportunidad de mi vida. El tema es que tan cebada estaba con la búsqueda que me enceguecí. El domingo pasado vi en el diario una promoción increíble, sacando cuentas de movida ahorraba 700 pesos, me meto en la página y resulta que estaba en mi día de suerte. Por ese día y sólo por ese día si llamaba dentro de las mismísimas 24 horas recibía un giga más de memoria y un disco de 320 en vez de uno de 250.
El mundo se detuvo. En la esecna en mi cabeza, el público ovacionando mi compra, los laureles coronándome de gloria y la música de fondo: "we are the champions, we are the champions ... my friend". Sin lugar a dudas esta era una anécdota vedette, era una de esas cosas que vas a contar hasta el hartazgo vanagloriándote de no tener competencia en el ojo clínico para las ofertas-oportunidades. Entonces, narcotizada por el perfume de la victoria marqué:
yo- 0800-123-456.
vendedor- Hola mi nombre es Aureliano Martinez, ¿en qué puedo servirle?
yo- (un poco mareada entre el perfume de la gloria y el acento del muchacho) Hola, sí, sí, quería consultar por una máquina de ustedes que vi en la revista del domingo.
vendedor- Muy buenas tardes señora, para poder brindarle una mejor atención dígame: ¿desde dónde nos está llamando?
yo- (más confundida que narcotizada) desde Argentina, Buenos Aires.
vendedor- Muy bien, le pido un momento que vamos a solicitarle unos datos para poder ingresarla al sistema como cliente y poder asesorarla de una mejor forma, dígame por favor, dni?
yo- 29.123.894
vendedor -número de teléfono
yo- 4824...
vendedor- No, no, indíqueme el código de área.
yo- (En tono ya de aburrimiento) No sé, creo que es 011 o no sé si 54, ¿hay que marcar algo más, vos dónde estás?
vendedor- (Evadiendo la respuesta) No se preocupe con el prefijo alcanza, ¿número de teléfono?
yo- (Con voz virando del aburrimiento al embole con algunos rasgos de irritación) ¿Es necesario todo esto? Mirá que yo solo te quiero consultar por una promoción que vi y si vos me decís en que local lo puedo ver, yo voy y listo no te molesto.
vendedor- (En tono comprensivo) No señora, nosotros la asesoramos desde aquí, es que por cuestiones de forma necesitamos llenar sus datos, pero no se inquiete, ¿dígame cuál fue la computadora que vio?
yo- (En tono más relajado) Es una que tiene 2 gigas pero que con la promo de hoy se queda en 3 por el mismo precio y un disco que era de 250 que te lo amplían a 320 solo por hoy, (enfatizando sustancialmente en el hoy).
vendedor- ¿Será que se podrá fijar el modelo?
yo- Esperate, aparto el teléfono, revuelvo entre el inexplicable orden de mi cuarto, nada,
yo- Bancá un toque que me fijo en el revistero. Vuelvo a los dos minutos. Ya está ya la encontré, hojeo desesperada, la encuentro, esta es es, es esta: la inspiren 315-z44 810.
vendedor- (con voz de hacer números en el aire) muy bien entonces veamos, de fondo se escucha el sonido enfurecido del teclado de la computadora.
vendedor -Yo le estoy enviando una orden de compra que con el descuento de hoy le estaría quedando en 3999 dólares más los gastos de envío.
yo- (casi con taquicardia). Para para, orden de compra ¿de qué? Yo quería que me asesoraras nomás. Y pará pará yo escuché que dijiste dólares, ¿qué dólares?, acá no dice dólares.
Vuelvo sobre la revista y leo claramente: U$$ 3.999.
Corto. Hay momentos en que más vale ser cobarde a explicar.
Me vuelve a llamar. Vuelvo a cortar. Y así estamos desde entonces, al menos hasta que pase la semana de descuentos exclusivos, porque al final era una semana y" sólo por esta única semana".
Eso básicamente explica el porque si llaman de 18 a 22 en esta semana y "sólo por esta única semana", nadie les atenderá el teléfono. Igual me pueden mandar mail o llamar al celu, pero ojo, sólo atiendo llamados de contactos agendados. Es que nunca se sabe.
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martes, 8 de diciembre de 2009

Si me dabas bola...

por lo bajo
y
de forma
premeditada,
yo,
me iba a reír de
TODOS tus chistes.