domingo, 27 de febrero de 2011

Mis favoritas para los "Oscar" que se entregan esta noche.




   Debo admitirlo, no le había puesto el ojo a Natalie Portman desde,"The professional", esa maravillosa película protagonizada por Jean Reno y la por entonces pequeña Portamn, dirigida por Luc Besson.

Miré de costado y como quien ríe a medio camino entre la gracia y la sonrisa "Closer"- film que relata el vínculo complejo y perverso entre dos parejas que se entrecruzan en relaciones paralelas- y el corto que protagoniza en "New york I lo ve you", -historia de una chica judía que esta a punto de casarse y cuenta los ritos y costumbres de una cultura amalgamada en una ciudad cosmopolita como pocas, Nueva York.
Después de eso no volví a interesarme en ella, hasta hace algunas semanas cuando vi, "The black swan". Versión cinematográfica de un clásico del ballet, "El lago de los cisnes". Natalie Portman interpreta a "Nina", una perfeccionista bailarina que audita para el papel protagónico de la obra, que en esta versión tiene una particualridad, quien lo obtenga deberá llevar a cabo los dos roles. El cisne bueno "Odette" y el cisne malo "Odile". Nina tiene muchas condiciones para hacer la versión buena de la historia pero el director de la obra -interpretado por el actor Vincent Cassel- tiene dudas acerca de si podrá dar con el tono de la malvada, "Odile".
La película logra plasmar esa sensación de ballet hecho cine, uno de los dos grandes aciertos de su director, Darren Aronofsky. Porque no solo muestra el transcurso y la metamorfosis del personaje de Nina en esta puja por la perfección, sino que también logra un muy acertado retrato del competitivo y sacrificado mundo del ballet. Se destaca la participación especial de Winona Ryder- quien encarna a una brillante bailarina que supo merecer la gloria pero que al entrar en la dultez es retirada de la compañia de baile-.
El segundo acierto del director es la banda sonora que acompaña. Una marca registrada del director de, "Requiem por un sueño", película donde también en donde la música jugaba un papel protagónico.
Estas dos perspectivas impecablemente logradas y la excelente interpretación de Portman hacen de "The black swan" una de las favoritas para esta nueva entrega de los premios de la academia.






Colin Firth, el actor que adoramos y amamos por películas como, "Love actually" y la saga de "Bridget Jones", se luce también en protagónicos como "A single man" y la reciente "King´s Speech" que lo consolidan como actor dramático.


En esta oportunidad, Firth interpreta a un príncipe heredero que debe suceder a su padre en el trono, con una especial particularidad, es tartamudo. La segunda guerra mundial es inminente y el pueblo necesita en su rey un emisor con la capacidad retórica y carisma de conducción de un líder. Por eso y ante la desesperación y la angustia del príncipe que ya ha probado todos los métodos y remedios, se somete a una extraña terapia que deviene en un encantador y particular vínculo con su terapeuta, interpretado por Geoffrey Rush, que llevarán al príncipe a ahondar en problemas más profundos que su exteriorizada tartamudez.
En tiempos donde Hollywood nos tiene acostumbrados, la mayoría de las veces, al clisé hasta el hartazgo, los golpes bajos y la perversión en todas sus formas y sadismos, es justo destacar un film basado en una historia sencilla con actuaciones impecables.



viernes, 18 de febrero de 2011

"Formas de volver a casa", la nueva novela de Alejandro Zambra.

Sentado en el comedor de su casa en Santiago, el escritor y poeta chileno Alejandro Zambra (35) dice que, “podría vivir tranquilamente sin publicar pero no sin escribir”, por eso lleva desde hace años un diario de vida. De esa escritura minuciosa surgió la idea de su primer libro, “Bonsái”. Novela un tanto atípica para el género por lo breve, apenas noventa y cuatro páginas y porque en el primer párrafo adelanta el final de la historia de Julio un joven estudiante de letras obsesionado con cultivar un árbol bonsái y con el recuerdo de una antigua novia, Emilia. Argumento que de alguna manera retoma en su segunda novela “La vida privada de los arboles” porque Julián, su protagonista, tiene un Bonsái, estudió letras y es profesor. Él está esperando a su mujer, que no se sabe si finalmente volverá y en ese mientras tanto se imagina escribiendo una novela para dejársela como regalo a Daniela la pequeña hija de su mujer que vive con ellos.
Por estos días Zambra está terminando de corregir su tercera novela “Formas de volver a casa” de la que comenta, “es una historia distinta a las anteriores, aunque no tanto”.
¿De qué se trata, “Formas de volver a casa”?
Es sobre el Chile de los ochenta. Se habla de Pinochet pero desde la perspectiva de mi generación, de los que éramos niños en ese tiempo. Es la historia de una niña que le pide a un niño que vigile a alguien y él lo hace porque está un poco enamorado de ella. No se cuenta exactamente el por qué del encargo pero luego los personajes se encuentran, veinte años más tarde, en el presente y ahí se develan los motivos.
Hay una inclusión de no ficción.
Sí, porque es una novela que se asume como un artefacto y lo que se cuenta en parte es la imaginación de un escritor, está ese plano y también aparece el plano de la no ficción metida en el corazón de la novela, lo cual no significa una derrota de la ficción sino más bien una intuición de que esa historia solo se puede contar en esos dos niveles.
¿Hay alguna alusión a las novelas anteriores?
Sí, es el mismo mundo de los otros libros pero enfocado de otra manera. Es una novela a la que llegué por la puerta de un pasaje de “La vida privada de los arboles” en donde el personaje empieza a recordar su infancia. Que es lo que se narra en esta novela, un niño de clase media resguardado de lo que está sucediendo, un poco por ser pequeño y otro poco porque pertenece a una familia como muchas que había en Chile que se definían así mismas como apolíticas y que básicamente eran obsecuentes y estaban absolutamente concentradas en no arriesgarse y en no involucrarse en nada que pudiera ser peligroso porque tenían miedo. Todo eso contado desde la mirada de un niño que trata de entender ese mundo.
Podría decirse que es una novela acerca de la familia chilena.
Es una novela muy chilena, con referentes chilenos, problemas chilenos que seguro son universales pero que están mirados desde la experiencia de la familia en esos años. Porque se pregunta cómo seriamos nosotros si viviéramos en una dictadura, si viviéramos la vida de nuestros padres a nuestra edad. Es una pregunta abrumadora porque nos vanagloriamos de muy pocas cosas en democracia pero una de esas cosas es una cierta libertad, cierta autodeterminación. ¿Qué pasaría si la perdiéramos? Son preguntas sin respuesta pero importantes y son las que guiaron la escritura de la novela.
¿Por qué contarlo desde la mirada de un niño?
Porque es un libro sobre Chile pero también sobre mi generación a la que llamo, “la literatura de los hijos”, creo que un poco también es lo que ha pasado en Argentina. Mi sensación es que crecimos creyendo que la novela era de los padres de la literatura, pensando que solamente se podía hablar de ellos. Que la historia era la de los otros y enfrentamos esa herencia a veces con rebeldía y otras veces con aquiescencia pero nos demoramos muchísimo en darnos cuenta de que teníamos una historia propia y que teníamos cosas que contar realmente.
Alejandro Zambra: Escritor y poeta chileno 1975. Escribió los libros de poesía “Bahía inútil” (1998) y Mudanza (2003). Las novelas “Bonsái” (2006) y “La vida privada de los árboles”(2007). Y el libro de crónicas y ensayos sobre literatura, “No leer” (2010). Bonsái, obtuvo en Chile el Premio de la Crítica y el Premio del Consejo Nacional del Libro a la mejor novela del año 2006.