Eso mismo fue lo que le dije hoy a Juanito ante su intento de negativa en acompañarme a hacer los mandados. Parece que la vehemencia de mis palabras surtió efecto porque vino a mí sin chistar y fue conmigo a comprar el diario, a la panadería y al supermercado.
Todos los integrantes de la familia que viven en esta casa se fueron de vacaciones, estamos vos y yo nada más, así que a mí nada de caprichitos, mirá que yo no soy como mamá, no cedo tan fácilmente.
Después aflojé y mientras dormíamos la siesta lo acurruqué en mi regazo. El también me correspondió y estiro sus bracitos cortos y chuecos para abrazarme, como no le alcanzó el diámetro (yo soy muy larga y el muy corto, no sé a quien habrá salido este chico), se estiró a lo largo como hacen todos los salchichas y apoyo sus patas en mi pecho.
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