domingo, 30 de diciembre de 2007

Puro periodismo o Perfil se viste de gala.

Perfil se define asi mismo como: Periodismo puro.
Y como para muestra basta un botón, por favor contemplen la tapa de la edición impresa de hoy.

"Confirman que el represor Febres tenía semen en el recto y ya analizan el ADN"
A ver muchachos, y por favor que no quiero que esto suene pedagógico, nada más lejos de mí.
Pregunto: ¿el periodismo puro contempla el mal gusto y la chavacanería?
Las cosas por su nombre, el título correcto palabras más, palabras menos sería: "No sólo se lo cogieron, sino que encima le acabaron y adentro." ¿Hay necesidad? Que poca imaginación muchachos, que poco verbo, cuanto escatimo a la sintaxis.
Ok, el tongo viene porque resulta, que ésta, no la mía ni la tuya, sino más bien la noticia, fue ayer primicia de Perfil. Punto para ustedes, pero por favor, cuiden las formas, ¿sino, cómo van a hacer para ampliar el target y así aumentar la tirada?, que por cierto les va muy bien, no olvidemos que hace un par de meses pusieron un pie en el sábado y los números acompañan. Pero con estos titulares espantan al más progre. A ver muchahos, repitan conmigo: seducción, no se quieran llevar al lector a la cama en el primer titular. ¿Hace mucho que no salen con nadie no? Un jefe de redacción a la derecha por favor.
Como diría mi abuelita: Así, no.
Pd) Che, ¿no será que en el diario estaban leyendo Barcelona y algún cronista se mimetizó con la revista?, puede ser, es una opción.

sábado, 29 de diciembre de 2007

Éstas, las fotos, sacadas por ellos.







ph 15
El proyecto empezó hace 7 años cuando Martín Rosenthal sacaba fotos en un comedor de Ciudad Oculta, su trabajo llamó la atención de los chicos que vivían allí y que se acercaban curiosos a preguntar.
Ya de regreso, Rosenthal, que había trabajado en una experiencia similar, con talleres de fotografía para chicos de diferentes comunidades rurales de Sudamérica y motivado por el entusiasmo generado, buscó la manera de armar e implementar talleres de fotografía con un plan de trabajo concreto y a largo plazo.
Así nació pH 15, fotografías por chicos de Ciudad Oculta. Cada uno de ellos recibe al iniciar el curso una cámara plástica que conservará de por vida si completa el ciclo de dos años que propone el programa de la fundación. La coordinación del proyecto esta a cargo de docentes volunatrios dirigidos por Miriam Priotti. Los talleres incluyen a chicos de entre 11 y 25 años, divididos en sub-grupos por edades.
El libro es el resultado del trabajo compartido y de las ganas. La primer edición es del 2005 y contó con una tirada de 2000 ejemplares. Sale $25 y se consigue en varias librerías. Pero de todas maneras si quieren información de los artistas, sus obras y el proyecto de la fundación o cómo conseguir el libro y colaborar pueden pasar por acá.
En medio de tanta vanalidad y de tanta estetización de la pobreza, que es lo que suelen reflejar los medios, sobre aquellos que le son ajenos y encima pobres, es bueno que coexistan este tipo de proyectos. Que empiezan retratando el lugar de pertenencia pero que se extienden a la ciudad y al interior del país.
El punto de partida es Ciudad Oculta, pero visitan museos, recorren la ciudad y viajan al interior recibiendo y aportando en constantes intercambios entre pares y docentes.
PH 15 ya tuvo varias exposiciones en Estados Unidos con gran éxito de convocatoria y repercusión en los medios. Ahora van por más y la fundación planea extender el proyecto con talleres de corta duración en zonas rurales donde los chicos de Ciudad Oculta se desempeñarán como docentes.
El libro es sólo la materialización de un trabajo continuo que no cesa y que rinde frutos, el libro es un medio para difundir y estimular a estos fotógrafos, a los que probablemente les falten recursos, pero no talento.

La última de Pablo.



Sí, al título responde, sin vueltas, sin rodeos, sin adornos. Queda más que claro, lo de Pablo es la honestidad brutal y "La ley de la ferocidad" es la prueba viva.
La novela retoma la vida de Gabriel, el niño/adolescente de su primer novela: "El origen de la tristeza", solo que tiempo después, mucho tiempo después. La rueda del destino gira, en forma vertiginosa, no se detiene y avanza. Nos situamos en la muerte del padre de Gabriel, exactamente en los dos días previos a su entierro.
Gabriel es ahora un hombre. Gabriel es padre. Gabriel ha vivido, pero al extremo de todo: de las drogas, del alcohol, del poder y de las mujeres que en su vida han pasado y siguen pasando mostrándole la cara que más lo conmueve, la de la ternura y también la más cruel, la que lo deja sin palabras, liquidado. Ex - hijo de un padre ausente y omnipresente en su literatura, ex- marido, ex -amante y ex- novio. Gabriel es un hombre con más dudas que certezas, con más desaciertos que éxitos. Gabriel experimenta un torbellino de sensaciones encontradas y desencontradas en esos dos días, es una revisión del pasado que ahora se vuelve carne para transformarse en literatura viva y vivida.
La novela toda, es una búsqueda constante, se mezclan, se barajan y dan de nuevo historias del pasado, presente y del ahora mismo, en este instante, en que él, el hombre, se desmorona y escribe. Gabriel busca y casi nunca encuentra, quiere llegar al fondo de todo y en el fondo, un enorme vacío se apodera de todo su ser.
Pablo emana literatura en estado puro, sin aditivos ni conservantes, sin diluyentes.
"La ley de la ferocidad" es la novela de un hombre que busca en su interior, para encontrar respuestas y dar sentido a tanto dolor. Gabriel esta dispuesto a ir más allá, revelándose sólo al lector, el único testigo de su entrega.

martes, 25 de diciembre de 2007

Dos nenas lindas, dos.

I
La culpa de los diminutivos en mi familia la tiene mi papá.
Te presento a mis nenitas:
- Ésta es la más chiquita. (Marisol 22 añitos, 1.68)
- Y ésta es mi nenita mayor. (Marinita 26, 1.80)
Mi hermanita, siempre va a ser la bebé de la casa.
Lo mío es más complicado, siempre fui más grande, ni la fuerza de los diminutivos pudo con eso. En fin, para eso está la terapia no?
De todas maneras mi hnita, no siempre ostenta su título y de cuando en vez saca a relucir sus garras para defenderme ante la adversidad.
II
Verano, mucho calor, mi hna me acompaña a una entrevista de trabajo, se queda esperando afuera en una suerte de hall que hace las veces de recibidor, donde se amontonan los postulantes.
Salgo de la entrevista
hnita - ¿Y, cómo te fue?
Yo- (cara de entusiasmo) Bien dijeron que me llaman.
hnita- Ah que bueno.
Pasan dos días y nada. Ya me había olvidado del asunto para ese entonces, cuando entra mi hna y me dice:
- Yo no te lo iba a decir, pero cuando vos estabas en la entrevista ya habían decidido tomar a otra, (una chiquita más curvilínea que yo, según mi hna) asi que llamé por teléfono al lugar, pregunté por la chica que te entrevistó y le dije que eras vos (ambas tenemos exactamente la misma voz, genética vió) y cuando se empezó a disculpar le dije:
- Mirá, no soy Marina, soy la hermana y yo estaba cuando le tomaste la entrevista, aún sabiendo que no la ibas a contratar, eso no se hace, le dije y corté.
Hay otra anécdota, más graciosa pero tiene que ver con mi pseudo-vida amorosa asi que me la reservo para mí y para ella (el burro adelante).
Pd) Mi hno perruno es un primor, pero no dá ponerlo, se robaría las miradas y este post es sólo de nenas.
Im sorry Perry.

lunes, 24 de diciembre de 2007

Nochebuena

Dos manos se abalanzan sobre la última botella de sidra de oferta. El señor de remera rayada mira enfurecido a la señora de camisa que ahora sonríe victoriosa después de la hazaña. Los changuitos aceleran y frenan de golpe. Zigzaguean, en las angostas góndolas, para llegar al pan dulce en una carrera contra reloj. Los anaqueles rebalsan de turrones blandos, porque la gente prefiere los de maní. Al menos los que tienen dientes, y la mayoría de las veces es directamente proporcional a la cantidad de gente que hace las compras, madres, padres, tíos amigos, y alguna que otra criatura enviada a último momento, en busca de la plantita de lechuga para decorar la bandeja del arrollado.
El ambiente se caldea aún más. Son las cinco de la tarde y ya no hay rastros del lechón. Ni frío, ni caliente ni adobado, ni por adobar, ya no queda ni congelado.
_ ¡Me quiero morir! ¿Y no van a reponer?; lo que pasa es que todos los años se encarga mi mujer y este año no pudo, ¡ay! ¡Cuando se entere me mata!
_ Perdón: ¿van a poner más garrapiñadas de oferta? Porque acá no quedaron.
_ ¿Hasta que hora puedo hacer el pedido?, ¿Hoy mandan a domicilio?
En las próximas horas los mortales arrasaran, cuales langostas sobre el maíz, con todo o con casi todo. Porque no es lo mismo un pan dulce con frutas que sin frutas.
_ Uyyya ¿Esto qué marca será? ¿No lo pondrán de oferta porque esta podrido, no?
_ ¡Es importado! Y ...así no repunta la industria nacional, aunque ... 30 centavos son 30 centavos.
Es un hecho la nochebuena está cerca, a unas pocas horas para ser más precisos.
En la casa de la abuela Rosa, la mesa está puesta desde las ocho, aunque ella es perfectamente conciente que todos llegaran después de las 9 cansados, transpirados y con muchas ganas de comer y pocas de colaborar; Y claro cada vez son más. Los hijos los nietos, los novios de las nietas, que son muy modernos porque hay que ser muy moderno para pasarlo en la casa de la novia. ¿Estos chicos no tienen familia? Quién sabe. Pero mejor que estén acá y no vagueando, como los mellizos de su hija que lo único que les interesa son los petardos y las estrellitas, el último año no dejaron un solo perro sin aturdir. Y se ganaron de manera unánime el odio de los vecinos. Inclusos los de al lado, tan atentos que este año le regalaron otra vela blanca con purpurina de colores, que ni bien se encendió, se deshizo sobre el mantel recién lavado.
Cada vez cuesta más reunir a la familia. Ya se perdió esa cosa de festejar, antes estaba una semana para preparar la comida ahora apenas el día anterior y este año ni siquiera pudo comprar medias para todos, y que se le va hacer... La abuela está convencida que en un par de años terminaran comiendo pizzas y empanadas, para no hacerse tanto drama como le dicen sus hijos.
Edgardo está solo. Divorciado, dos hijos. Ellos pasan el 24 con la madre y el 31 con él. Ya se compró la comida hecha, un poquito de todo, un pedazo de lechón, él si logro conseguirlo en el supermercado adobado y todo, un arrolladito primavera, ensalada rusa, pollo y un buen vinito. De postre helado y turrón porque no es muy afecto al pan dulce y las frutas secas. De fondo suena Frank Sinatra. Le recuerda épocas mejores, en las que no estaba tan sólo, tan, como decirlo, con tanta sensiblera. Pero no importa a las 10 dan El Padrino la trilogía completa y para cuando termine, ya habrá pasado nochebuena, navidad y todas las benditas fiestas, que lo tienen re podrido, desde que descubrió que al final de la noche no tiene con quien alzar la copa.
La ciudad entera está iluminada, como si Ibarra hubiera descubierto que lo que los vecinos anhelan son lucecitas en navidad ... y bueno algo es algo.
Aún faltan unos minutos y algunos ya empezaron con el estruendo desde hace rato. Los villancicos desde Roma son la vedette de la tele, esta noche no hay Hola Susana que valga. Menos diez. Cuentan los minutos, piden y ruegan y se emocionen y brindan. Por un momento todos van atener la certeza de estar colmados de felicidad y se abrazan. Parecen envueltos en una extraña música serena y apacible. El ambiente por unos instantes se vuelve alegría y bullicio, se respira la magia de la navidad, aunque sea por un ratito.
Otra navidad se nos ha pasado. Ahora queda lavar los platos y preguntarnos: -¿Che mañana que vamos a comer?

Pd) Era tan joven cuando escribí esto, corría creo el 2001 o algo así, lo posteo porque aún hoy me sigue dando ternura.

Ahora estoy practicando

el minimalismo

asi que.

Feliz noche buena!!!!

mejor navidad!!

beso!

M.



domingo, 23 de diciembre de 2007

Mal, pero acostumbrada.

Cinco de la tarde, esperamos sentadas en el comedor de la casa de mi amiga, que otra amiga vuelva de comprar las facturas. En eso estábamos cuando empezamos a hablar de la familia, de los novios, de los ex, sí fue justo en el momento de los ex, que yo me empecé a enojar y a quejar, que siempre lo mismo, que me tocan todos a mí... "¿te tocan?", dijo mi amiga que para ese entonces ya había vuelto con las facturas, para que habrá vuelto pienso ahora.
Bueno..., quise empezar a explicar a contar a justificar, "no no, para", me dice mientras me clava la mirada, "yo te voy a decir una cosa, lo único que te toca es la familia, el resto, se elige".
¿O sea que vos querés decir que no es verdad que tengo mala suerte y me caen los pelmasos como lluvia de verano, que no moja pero molesta, que es mentira que me tocan todos a mí. Vos querés decir que no soy una pobre víctima en mi décimo intento frustrado de mutar del tango al bolero sin sufrir como una mártir en la transición. Vos querés decir que no son unos histéricos, inmaduros, cagones, pelotudos, etc, etc (el etc concentra los adjetivos más intensos). ?
¿Vos me estás diciendo que la pelotuda soy yo? "Lo que te estoy diciendo es que se elige, a los tipo se los elige".
Fin del diálogo.
Sigue la conversación y rumbea por otras rutas de hombres menos complicados y de historias más felices, más solidas, lo que se suele llamar, pareja.
Igual no le presto mucha atención, pienso, estoy desahuciada, porque yo era infeliz, pero con la ignorancia de ser la propia artífice de mi infelicidad. Es decir mal, pero acostumbrada, peleada con el destino, desesperanzada pero cómoda. Y ahora resulta que encima todo esto es de mi propia autoría. Esto no es una noticia, es una bomba. Tres años y medio de terapia con intermitencias, cada vez que lo necesito y me cae la ficha cual maquinita de playland tomando la leche en el comedor de la casa de mi amiga.
Así no.
No es justo, encima es domingo.
No hay derecho.
Hace un tiempo leí algo que me pareció brillante.
"... algo parecido ocurre con los demasiado sensibles, los que necesitan de un mundo idealizado. Cuando el amor no deja entrar nunca al pensamiento hace que los amigos hablen"

Pd) ¿Alguien sabe si hoy a la noche dan alguna película buena?, asi la miro en compañía de un cuarto de helado, que por lo pronto es mi único y mejor aliado.
Al menos no habla.

Hoy es tannnnnn domingo...

... y mañana
tannnnnnnnnnnnnnn

lunes!!!!!!!

ufa+ufa+ufa= UFA

jueves, 13 de diciembre de 2007

Queremos tanto a LMDMV.


Soy tu fan.

Conocí a LMDMV por Betty Elizalde y fue amor a primera lectura. Después como todo lo apasionado, pero efímero, se me pasó. Me volví a encontrar con ella, casi un año después de ese primer flechazo, en la oficina de un amigo de mi papá. La atracción fue fulminante, no volvimos a separarnos más. Conseguí todas las que me faltaban, inclusive la figurita díficil, el primer número.
De todos modos las cosas no fueron, al menos al principio, ni tan fáciles, ni tan color de rosa.
- Hola, la mujer de mi vida por favor.
- ¿La qué?, no nena yo no la conozco, yo tengo a mi mujer nada más.

- ¿La mujer de mi vida, la tiene?
- No, no la conozco, ¿qué es eso, un libro?, además vos deberías buscar el hombre de tu vida no una mujer, ¿no te parece?

- ¿Ya salió la mujer de mi vida de este mes?
- No, todavía no me la trajeron.

Lo que en un principio fueron negativas, burlas, risas, con el pasar de los meses y a lo largo de estos casi 5 años, se fueron transformando paulatinamente en aciertos, encuentros y descubrimientos. Los quiosqueros se sorprendían de que exista una revista con ese nombre, con ese formato y sobre todo que se venda.
"Me dejaron unas cuantas por este mes y se vendieron todas, no me quedaron más,
¿hace mucho que esta la revista?, porque yo, la primera vez que la veo". Lobby mediante y propaganda de boca en boca la revista fue creciendo y lo que era el reducto de algunos quioscos en el centro se transformó en Palermo, Belgrano, Parque Centenario, Abasto y la Costa Atlántica, sólo por dar ejemplos de lugares donde la conseguí, cuando la ansiedad se apoderaba de mí porque era 10 u 11 de mes y yo sin mi ejemplar.



Me pasaron y me pasan muchas cosas con LMDMV.
Tengo mil historias en colectivos, en la facultad, mientras hacía tiempo para alguna clase, en cenas con amigos o sola riéndome en cualquier parte, absorta frente algún cuento o nota.


No me gustan las despedidas.
No me gustan los adióses,
me ponen triste.
Asi que, sólo tengo para decir:
LMDMV, soy tu fan.
No es el fin.
Sólo un adiós chiquitito.
Nos seguimos viendo,
cualquier día de estos
en alguna página.
Hasta entonces.
Marina.

martes, 11 de diciembre de 2007

Mi otra mitad.

Esto va, para todos aquellos que insisten con lo de la media naranja.
Después no digan que no les avisé, corren riesgo de hacerse pulpa muchachos,
allá ustedes,
acá yo,
bien contra el borde,
cosa de no salpicarme,
ni un poquito.


jueves, 6 de diciembre de 2007

Ventajas comparativas.

Lo mejor de escribir (ya sea bien o mal, incluyendo toda la gama de grises entre bueno y mediocre) es que uno puede inventarse los finales. Y poner en la boca de los personajes, todo aquello que se nos dé la regaladísima gana.
Porque si hay algo que nos sobra señores, son palabras.
He dicho.

Capítulo 6: Fin del viaje.

I
No podía pegar un ojo, Clara me daba la espalda indiferente, quería hablarle, explicarle, decirle que era lo mejor, que a la larga me iba agradecer. Una parte de mí se sentía aliviada y la otra culpable. Me debatía entre pedirle disculpas o decirle que se fuera y borrar todo.
De tanto dar vueltas en la cama, Clara se despertó.
- ¿Te sentís bien?, ¡estas volando de fiebre!
Me tocó la frente, se incorporó un tanto asustada y me pidió que me quedara en la cama, que ella llamaba al médico. Mientras lo esperábamos, me decía que me quedara tranquilo, que se iba a quedar conmigo, que no me preocupara.
El médico al que llamaron desde el hotel tardó más de dos horas, para cuando llegó Clara me había hecho bajar la fiebre con compresas de agua fría.
El médico me examinó, me recetó algo para bajar la fiebre y mandó reposo.
- ¿Comió algo en mal estado, alguna posible intoxicación?
- ¿Vómitos?
- No, respondía a cada síntoma.
- No se preocupe, debe ser un cuadro de estrés, pasa mucho, uno viene colapsado de todo el año y llega a las vacaciones pasado de revoluciones.
- ¿Porque no me va a decir que el mar lo estresó, o que el all-inclusive del hotel le preocupa, no?
Silencio fulminante.
- Ya se va a poner mejor, es cuestión de dos o tres días a lo sumo.
Justo lo que necesito, (tres días encerrado, viendo pasar las horas) dije en tono irónico. Sonreí con un gesto de aprobación. Clara lo acompañó hasta la puerta.


II
Quedamos los dos solos, enfrentados, en una cama enorme, en un cuarto más enorme aún. Raro, pero hacía frío. Si ya sé, culpa de la fiebre o quizás no.
Le pedí disculpas, le dije que la quería, que nunca iba a dejar de quererla, pero que hasta ahi habíamos llegado nosotros como pareja. Que quizás no había sido la mejor manera, ni la forma.
- Ninguno de los dos nos merecemos pasarla mal.
Nos abrazamos y nos quedamos así un largo rato, en silencio.
- Es lo mejor y no quiero torturarte, además nos quedan tres días todavía.


III
Finalmente convencí a Clara de que lo mejor era separarnos, digo, además de separarnos como pareja, irnos cada uno por su lado esos tres días, al lugar que más nos gustara.
Regalarnos eso, sin reproches a modo de souvenir.
Venezuela seguía siendo un destino más que atractivo y rara vez tendríamos la oportunidad de volver a semejante paraíso.
Lo tomó mucho mejor de lo que esperaba.
Una semana después de mi vuelta me llegó una postal de Clara.
Al final te hice caso, fui hasta las islas y a que no sabes que había? jajaja las fotografié a todas, acá te mando una de prueba.

PD) Buen año!

un abrazo,

Clara.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Cepítulo 5: La luna de miel, segunda parte.

I
Retratar exactamente paso a paso la última discusión que tuve con Clara sería imposible. No porque no quiera o no me parezca importante, es que simplemente no la recuerdo del todo. Es decir, tengo la sensación de fragmentos más o menos intensos que se me fueron impregnando en el cuerpo hasta dejarme aturdido.
Todo empezó cuando de algún modo, quizás no el más elegante, le hice notar que era un tanto infantil hacer una parodia delante de unos viejos que no conocíamos, ni nos conocían, ni nos importaban. No había necesidad.
- No hay necesidad Clara.
- ¿De qué no hay necesidad?
- Digo, no es del todo verdad, pero tampoco del todo mentira vos y yo estamos acá porque queremos arreglar las cosas, porque queremos estar juntos y porque un día no muy lejano también vamos a formar una familia, ¿o me equivoco?
- ¡Que se yo Clara!, no sé, así estamos bien o estamos tratando de..., no sabes que puede pasar pasado mañana, es todo tan impredecible, no podes planificar a largo plazo como si el destino estuviera a nuestro antojo.
- Obvio que no sé que se le antoja al destino, pero si sé que quiero yo, y sé que quiero que sea con vos.
No pude seguir hablándole, cómo ella podía tener una certeza tan profunda y a mi sólo correrme un frío por la espalda ante semejante declaración.
Mi silencio sólo empeoró las cosas, Clara empezó a hablar por mí, por ella y por todo aquello que ni yo ni ella habíamos sido capaces de decir hasta ese momento.
II
No recuerdo exactamente el momento en que dejé de amar a Clara, tal vez para cuando me di cuenta, sólo la quería o sentía que le debía la oportunidad por todo su esfuerzo, por lo valiente que había sido por los dos. Supongo que también quise convencerme de que lo hacía por mí. Que no le estaba dando una oportunidad a ella sino que nos estábamos dando una oportunidad.
Por mi cabeza transitaban los momentos de nuestra relación como diapositivas en desorden: más oscuras, más claras, más nítidas, sublimes, tristes, casi felices y la lista se extendía a lo largo de una fila interminable. Las miré una una por una, quería atesorarlas, guardarlas, volver a ellas, aunque sea una última vez.
III
- ¿Sabes lo que pasa?, es que sos un cobarde, un cagón, no te animás y ¿sabés que es lo peor de todo?, que vos sabes que en el fondo tarde o temprano te vas a arrepentir, porque vas a mirar para atrás, vas a llegar a este momento y vas a pensar que hubiera valido la pena y te vas sentir tan solo, Mauro.
- No hay nada que pueda decirte, vos ya elegiste, ya decidiste, me dejas a mí, como siempre la
peor parte, la que habla, la que cierra, la que dice.
- No quiero hacerme más mal, esto se termina, pero hacéte cargo de tu cobardía.
Las palabras de Clara retumbaban en mi cabeza, no podía pensar, menos responderle. Quería avanzar el tiempo y espiar a ver si Clara tenía razón, a ver si era "ella" y yo la estaba dejando ir o si sus palabras pegaban donde más dolía porque yo la había lastimado y ella quería hacerme sentir en carne propia su dolor.
Todavía quedaban tres días para nuestra vuelta. Demasiado tiempo de agonía para una relación que ya había dejado de ser.