viernes, 14 de noviembre de 2008

Este pelo es mío.

Algo tienen las mujeres con esto del pelo, acabo de ver el blog de una chiquita que me cae muy bien y que decidió sacarse "todo el pelo triste" y se lo cortó cortito, así sin más. Cada vez que las cosas no son como en las propagandas de la tele o del canal se sprayette, yo me corto el pelo. A veces me resguardo de mi misma y es apenas un mechón, un hilito de pelo, pero la gran mayoría de las veces, desaforada, eufórica, le doy de lleno y mi flequillo recibe los cruentos embates de la tijera. Poseo un flequillo nuevo, las dos primeras semanas me daba verguenza y salía con 300 clips a la calle, ahora previa lookeada es permeable de ser visto.

Algo hay con el pelo, los peluqueros hombres que conocen del paño, porque, o son gays-friendlyes de las clientas o se las levantan (en el rubro es así, o todo o nada) dicen que cada vez que una mujer sale de alguna sitiación o enfrenta algo nuevo se corta el pelo. Que es una forma de renovar, de verse distinta. ¿Cuántas mujeres caben en una misma cabeza?, ¿cuántos posibles cortes? Pasa la cosa más rara del mundo con el pelo de las mujeres, ninguna otra sensación de placer provoca lo que un buen corte. Yo sería capaz de casarme y tener hijitos si diera con el peluquero que me corte el pelo haciendo que parezca más largo que antes, que me permita llevarlo suelto, que no se me erice y sobre todo que parezca de peluqueria cada vez que salgo de la ducha. Todavía no di con el indicado, con los hombres ya perdí la paciencia asi que ansio encontrar "al peluquero de mi vida".

Algo pasa con el pelo, revela más que las palabras, más que las miradas, porque si estás enamorada, contenta, o radiante se te nota, en el pelo.


Ah, y que quede claro, la vida no despeina, acomodar el enredo es el tema.

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