En la foto mi hermana y yo. Ella, divina, pura sonrisa. Yo también, por dentro, frío, el corazón en pedacitos. Me acordé de eso ayer cuando vi la remera en casa de mi amiga. Era verde y tenía un dibujito de una nena con un corazón roto que increpaba al nene junto a ella "devolvémelo como te lo di".
Ya no pido más eso, pensé muchas veces en mandar la estampa de esa remera a quien corresponda y dejarlo con un nudo en la garganta o incluso comprármela en varios colores y salir a pasear, mi desdicha y yo, tarde, ya no pienso más en eso.
Ahora cada vez que me expongo sólo pretendo un: "devolvémelo en condiciones, tengo que seguir y tengo uno solo"
Vuelvo a la foto, sigo sonriendo, el azul de la musculosa, el bronceado y el pelo recogido ayudan. Tengo un poco fina la línea final de la ceja derecha. Por lo demás se parece bastante al retrato perfecto, puro calor y color.
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