Te queremos,
te respetamos,
te admiramos,
te veneramos,
pero...
... "La mujer sin cabeza", es una película que cuenta una historia que no conocemos. "Viste las muñecas rusas que dentro de las cajitas vas encontrando más y más muñecas, o la imagen del ovillo que tirás de la punta y sale la madeja, bueno, así pasa con la película Lucrecia. Y ojo que eso no esta ni bien ni mal, es sólo que este tipo de cine-arte-de culto aleja al espectador medio". Pero volvamos a la película. El personaje de María Onetto, "Vero", una señora bien, profesional, dentista para ser más precisos, casada, con hijas grandes que se fueron a estudiar a la capital. Su matrimonio y la familia conservan a ultranza las apariencias. Hay un vínculo sumamente endogámico que roza lo perverso, este es un sello de Martel, lo mismo pasaba con la relación: madre-hijos en "La ciénaga" y con la relación hermanos-primos en "La niña santa". Aparece casi como a contraluz del relato, lo cual lo vuelve más oscuro, más confuso para la historia.
Hay dos "Vero" y en eso se destaca la labor de Onetto. Si bien es un personaje que no permite muchos matices porque esta como sedada todo el tiempo mientras las cosas pasan a su alrededor, hay dos mujeres. La primera es la que viene manejando por la ruta, se distrae y atropella algo que no se sabe bien que es y oculta la verdad hasta que se quiebra y se lo confiesa a su marido. La segunda que asiste frágil, inmutable, al despliegue en el que su familia la envuelve para encubrir todo. Repito, "La mujer sin cabeza" es un historia que sólo conocen sus protagonistas, que todo el tiempo es velada al espectador. El film funciona dejando entrever algo de esto que pasó, algo de eso que todos los demás saben y nadie le cuenta al espectador. No es la mejor película de Lucrecia Martel, si es la película más estructurada narrativamente y más organizada secuencialmente. Sigue sin superar a "La niña santa", quizás sea por la calidad de los actores o lo vertiginoso de la historia, o porque me gustan las películas en las que el espectador siente la tensión, la sensación de que todo esta a punto de explotar en cualquier momento, no es el caso de: "La mujer sin cabeza". Pero estimo que hay espectadores para todo y que de tanto en tanto es interesante un paseo que no tiene vista atrás ni porvenir, sólo horizonte.
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