jueves, 30 de agosto de 2007

Deseos de cosas (im) posibles.



Que deje de tararear tangos y finalmente le de una chance al bolero.
Que el servicio meteorológico, le pegue y que no tenga que putear en la parada del colectivo, muerta de frío, desabrigada, porque se suponía que iba a hacer 17 grados.
Que buscar, siempre termine en encontrar.
Que Juanito ladre menos y que no se muera nunca.
Que la sensación de limbo, en la que a veces vivo, sea sólo eso y que la transición abra caminos certeros.
Que me guste alguien, mucho, que consiga mi teléfono, que me invite a salir y que me recuerde como era eso de las cosquillas en la panza.
Que pueda cerrar la boca y hablar más lento.
Que ser honesta no signifique ser pelotuda.
Que no me mientan.
Que la verdad no duela tanto.
Que los domingos no sea tan largos y que siempre encuentre refugio para ir a tomar la leche.
Que no me cueste nada reírme.
Que mis alumnos sepan de antemano que cuando hablo de Walsh, es de Rodolfo y no de María Elena.
Que algún día sienta que puedo escribir, que lo hago bien y sino estar dichosa y pensar que sí, que es malo, pero que es mío.
Que no sea tan difícil llegar a fin de mes, que pueda ahorrar para algún día tener una casa, eso estaría muy bien.
Que no me de por vencida, que no deje de buscar y que nunca deje de abrir la boca y al que no le guste que no escuche.
Y por favor deseo que alguien por fin se de cuenta, cambie el recorrido y que finalmente el 130 vaya a todas partes.

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