domingo, 20 de julio de 2008

Semana

4 cafias en un día y medio, miles de pavas en una noche.
Un final más, una materia menos para recibirme.
Todo amontonado a pesar del esfuerzo, de la falsa amortización de la terapia.
Se termina la espera y comienza el relajo, por fin algo de paz.
Angustia, ¿qué era eso?
Espero me dure.
Los pliegues de mi ropa cuando me recuesto a dormir la siesta.
El pelo espeso, con ondas, el olor rico del shampoo mezclado con mi perfume.
El sueño pesado, despertarme en una cama ajena en mitad de la tarde muerta de calor.
El falso veranito, mis optimistas escotes y las polleras de colores.
Enterarme por otra, que ustedes volvieron, linda la foto,
pero mejor el paisaje, espero les dure y sea siempre así: soleado y en sepia.
Esperar hasta el miércoles, ser disciplinada.
No deber más visitas, cumplir con todos y todo,
y después armar la mochila y sacar un pasaje de ida.
No avisar que no volves.
Que nadie se entere,
que todos te extrañen.
Y vos
no extrañar
más
a
nadie
.

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