No tengo nada contra tus sábanas, es más, me caen re bien, me parecen divinas, pero no puedo, no me sale. No consigo quedarme a dormir. Un rato, un par de horas y las excusas hacen el resto: "mañana me tengo que levantar tan temprano, mejor me voy a mi casa, ya llamé al taxi, no te enojes, pero yo mejor me voy". Mira que lo intento eh, cierro los ojos, me concentro y nada. Y yo dormir, duermo sobre cualquier superficie que se preste para la noble tarea, pero no hay caso che. Ya probé con las ovejitas, con pensar en todo lo que tengo que hacer al otro día y que lo mejor sería descansar un poco, con leer algo aburrido, pero igual, nada. A cambio te dejo una cama tibia el resto de la noche y un beso en la frente para bendecirte el sueño.
Escribo esto porque sé que no lo vas a leer y porque lo voy a intentar, quizás la próxima podemos practicar con la siesta, no?
No hay comentarios:
Publicar un comentario