viernes, 18 de febrero de 2011

"Formas de volver a casa", la nueva novela de Alejandro Zambra.

Sentado en el comedor de su casa en Santiago, el escritor y poeta chileno Alejandro Zambra (35) dice que, “podría vivir tranquilamente sin publicar pero no sin escribir”, por eso lleva desde hace años un diario de vida. De esa escritura minuciosa surgió la idea de su primer libro, “Bonsái”. Novela un tanto atípica para el género por lo breve, apenas noventa y cuatro páginas y porque en el primer párrafo adelanta el final de la historia de Julio un joven estudiante de letras obsesionado con cultivar un árbol bonsái y con el recuerdo de una antigua novia, Emilia. Argumento que de alguna manera retoma en su segunda novela “La vida privada de los arboles” porque Julián, su protagonista, tiene un Bonsái, estudió letras y es profesor. Él está esperando a su mujer, que no se sabe si finalmente volverá y en ese mientras tanto se imagina escribiendo una novela para dejársela como regalo a Daniela la pequeña hija de su mujer que vive con ellos.
Por estos días Zambra está terminando de corregir su tercera novela “Formas de volver a casa” de la que comenta, “es una historia distinta a las anteriores, aunque no tanto”.
¿De qué se trata, “Formas de volver a casa”?
Es sobre el Chile de los ochenta. Se habla de Pinochet pero desde la perspectiva de mi generación, de los que éramos niños en ese tiempo. Es la historia de una niña que le pide a un niño que vigile a alguien y él lo hace porque está un poco enamorado de ella. No se cuenta exactamente el por qué del encargo pero luego los personajes se encuentran, veinte años más tarde, en el presente y ahí se develan los motivos.
Hay una inclusión de no ficción.
Sí, porque es una novela que se asume como un artefacto y lo que se cuenta en parte es la imaginación de un escritor, está ese plano y también aparece el plano de la no ficción metida en el corazón de la novela, lo cual no significa una derrota de la ficción sino más bien una intuición de que esa historia solo se puede contar en esos dos niveles.
¿Hay alguna alusión a las novelas anteriores?
Sí, es el mismo mundo de los otros libros pero enfocado de otra manera. Es una novela a la que llegué por la puerta de un pasaje de “La vida privada de los arboles” en donde el personaje empieza a recordar su infancia. Que es lo que se narra en esta novela, un niño de clase media resguardado de lo que está sucediendo, un poco por ser pequeño y otro poco porque pertenece a una familia como muchas que había en Chile que se definían así mismas como apolíticas y que básicamente eran obsecuentes y estaban absolutamente concentradas en no arriesgarse y en no involucrarse en nada que pudiera ser peligroso porque tenían miedo. Todo eso contado desde la mirada de un niño que trata de entender ese mundo.
Podría decirse que es una novela acerca de la familia chilena.
Es una novela muy chilena, con referentes chilenos, problemas chilenos que seguro son universales pero que están mirados desde la experiencia de la familia en esos años. Porque se pregunta cómo seriamos nosotros si viviéramos en una dictadura, si viviéramos la vida de nuestros padres a nuestra edad. Es una pregunta abrumadora porque nos vanagloriamos de muy pocas cosas en democracia pero una de esas cosas es una cierta libertad, cierta autodeterminación. ¿Qué pasaría si la perdiéramos? Son preguntas sin respuesta pero importantes y son las que guiaron la escritura de la novela.
¿Por qué contarlo desde la mirada de un niño?
Porque es un libro sobre Chile pero también sobre mi generación a la que llamo, “la literatura de los hijos”, creo que un poco también es lo que ha pasado en Argentina. Mi sensación es que crecimos creyendo que la novela era de los padres de la literatura, pensando que solamente se podía hablar de ellos. Que la historia era la de los otros y enfrentamos esa herencia a veces con rebeldía y otras veces con aquiescencia pero nos demoramos muchísimo en darnos cuenta de que teníamos una historia propia y que teníamos cosas que contar realmente.
Alejandro Zambra: Escritor y poeta chileno 1975. Escribió los libros de poesía “Bahía inútil” (1998) y Mudanza (2003). Las novelas “Bonsái” (2006) y “La vida privada de los árboles”(2007). Y el libro de crónicas y ensayos sobre literatura, “No leer” (2010). Bonsái, obtuvo en Chile el Premio de la Crítica y el Premio del Consejo Nacional del Libro a la mejor novela del año 2006.

3 comentarios:

Tina dijo...

De dónde viene este entrevista? Ha salido en una revista o periódico?

Marina dijo...

Hola Tina, esa nota es la versión completa de esta publicación:
http://www.revistaenie.clarin.com/literatura/libertad-marca-identidad-generacional-alejandro_zambra_0_433756834.html

Tina dijo...

Muchas gracias Marina. Estoy trabajando sobre Zambra por mi tesina. Resulta muy interesante.