martes, 16 de marzo de 2010

Vestir la HIstoria.

En la planta baja sobre el panel, que hace de marco de las obras, sobresalen las llamativas e intensas pinceladas de color que delinean el cuerpo de una Juana Azurduy quien de pie empuñando un sable mira desafiante. El autor de la pintura es Ariel Mlynarzewicz que venía trabajando en obras anteriores con esta figura histórica y a quien eligió, según sus propias palabras por ser una mujer: “Símbolo de la lucha americana”, en alusión al papel fundamental que tuvo en la emancipación del Virreinato del Río de la Plata.
Liliana Piñeiro, curadora de la muestra explica el espíritu de Moda + Historia: “Con esta exposición, nos proponemos evocar a mujeres que, por su personalidad, han signado tiempos, momentos históricos y culturales, y resultan hoy testigos de tantas otras de sus contemporáneas que fueron opacadas, desmaterializadas u ocultadas en los textos de la historia”.
Desde el profundo azul de una noche estrellada aparece, en un jardín de violetas tenuemente iluminada, la obra de Renata Schussheim, “El jardín del amor”, inspirada en la mítica cantante de tangos Ada Falcone a quien la artista plástica caracterizó en una escena de noche con un elegante vestido azul por su relevancia y vinculación con el mundo del espectáculo en las primeras décadas del siglo XX.
La idea de esta muestra es también reponer el contexto y la historia mediante objetos característicos. Entonces, podemos ver, por ejemplo, un abanico gigante, violeta con plumas aterciopeladas, instalación de la artista Nora Correas, que da cuenta de un ícono de la moda colonial. Y escrito sobre una pared se leen, acompañado de dibujos explicativos, sus significados: cerrado y levantado apuntando hacia la frente: “¿Cuándo podré verte?”. Cerrado y sobre el hombro: “¿Me querés?”. Abierto y posado sobre la mejilla derecha: “Sí” y en la misma posición pero sobre la mejilla izquierda, “No”. Hay además, a modo de complemento visual y estético, algunos accesorios que marcaron una época de la moda como una sombrilla de raso y tul, una petaca de fiesta dorada y unos anteojos de teatro en bronce y cristal
Del centro del salón de la muestra baja una lluvia abundante de flores de origami en papel rosa, lila, violeta y salmón que cuelgan empujando la visión hacia el primer piso. En donde se ve por la forma circular de la apertura del techo una suerte de carrussel en el que ahora están desfilando las modelos, como muñecas de porcelana, con vestidos diseñados y creados especialmente por la diseñadora Verónica de la Canal a quien Renato Papiccio, encargado de la producción general de los desfiles de la exposición convocó, “por su inconfundible estilo ambientado en el romanticismo que resultaba perfecto para representar a Manuela Rosas”.
No podía faltar, en esta lista de mujeres trascendentes la mención a Eva Perón. Por eso la artista Mary Tapia, quien desde hace algunos años trabaja en distintos proyectos vinculados a la imagen de Eva Perón, pensó en plasmarla en una tela blanca y celeste, emulando la bandera nacional que en el centro lleva la imagen de su rostro con una pequeña corona brillante en la cabeza. La obra hace alusión según relata la curadora Liliana Piñeyro, “a la figura de un ideal político y a vez la mención de reina por su elegancia.”
Moda+ Historia es una iniciativa más de los festejos por el Bicentenario, que incluye además de la muestra permanente, foros debate y desfiles todos los días a las 18.30 de consagrados diseñadores nacionales.
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