Quizás porque es domingo.
Porque ya no recuerdo como era todo antes.
O tal vez sea la costumbre.
Lo cierto es que cada vez que le doy play a este video, siento que Casas, el rey de los depresivos, el príncipe de la tragedia, me consuela. Y es casi como una obligación, levantarse de la cama y pensar que podemos escoger algún color de la infinita escala de grises.
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