viernes, 20 de mayo de 2011

Espectáculos

Me desperté sobresaltada, el sueño fue tan real que temí por mi salud mental.
Estoy pensando sumarios para una publicación que me encanta. Y siento que si no logro hacerle una entrevista al que descubrió la pólvora, no alcanza. Así que llevo varias listas de temas tachados como los días en el calendario de un preso.
Por eso, creo, soñé lo que soñé.

Estaba en el hall de un lugar, esperando. Parecía domingo. Yo se ve que volvía de un viaje. El bolso en una mano, la cartera en la otra. Tenía unas babuchas negras y una remera verde. El pelo pringoso de tanto estar aplastado contra el asiento del micro y los ojos chiquitos de dormir mal. De repente, vi en la sala de espera alguien que me sonaba conocido. "A este lo tengo de algún lado", pensé. Era el actor Nicolás Cabré. "Qué hará acá", me pregunté. Levanté la cabeza y vi un cartel enorme en el medio de la sala que decía, "Registro civil". Después, él se sentó a mi lado y empezamos a hablar. Me contó, de la nada, que venía a sacar turno para casarse. "Claro", le dije, "con Eugenia", "sí", me dijo sonriente. Pasamos largo rato conversando. Cuando estaba por llegar su turno, él estaba antes que yo, le dije, "después, ¿no me bancás cinco minutos que te quiero decir algo?" "Dale, dale," me contestó. Me quedé esperándolo. Nunca entendí que hacía ahí, pero bendije a los dioses por haberlo cruzado en mi camino. Salió finalmente y le pregunté, "che, ¿no me darías una nota cortita, como para contar esto?". Se quedó pensativo. Ahí supuse lo peor. Me imaginé que me iba a sacar corriendo o a poner su cara de pocos amigos, como le hace a la mayoría de los periodistas cuando se los quiere sacar de encima. Se hizo un silencio largo. Vi que alguien le habló al oido, era la novia, la actriz, Eugenia Tobal. Lo miró y le dijo, "dale la nota a la chica total para cuando salga ya vamos a estar casados". "Y dale", dijo él y me dio en exclusiva una nota de media hora contando pormenores de su vida. Nos saludamos con un abrazo. Yo sin haber hecho ningún trámite y él con su turno para casarse.

La siguiente imagen en el sueño es la hoja de un diario en primer plano. Se alcanza a leer: "Protagonistas: Nicolás Cabré". El título de la nota dice: "Más simpático que en la ficción". En la foto se nos puede ver a los dos. Él, de frente, sentado en la sala de espera del registro civil y a mí, sentada, de espaldas a la cámara, el pelo crespo, la remera verde, con el brazo extendido y la mano sosteniendo un grabador.


2 comentarios:

Ana no duerme dijo...

Jajaja. El sueño de toda periodista: LA PRIMICIA! Confesá: te fuiste a cholulear al registro civil, total te quedaba a unas cuadritas nomás. Besos Mari!

Marina dijo...

Honestamente, me quise morir cuando vi en la tele que se casaron el mismo día de este post, se ve que me quedó dando vueltas! jajajaja