sábado, 30 de enero de 2010

Después del jueves las cosas se volvieron un poco más claras. La condición de "ameba" me parece en cierta forma atractiva. Tener el poder concentrado en mí. Ahora bien, qué hacer entonces con la energía vital que no desperdicio en hombres. Cosas. Desde el viernes a hoy. Ordené el placard, tiré los apuntes que me quedaban. Reformé 21 veces mi espacio-oficina, sueño despierta con una biblioteca gigante para no tener que levantar un libro a cada paso y poder por fin contemplarlos prolijamente ordenados, por tema, año de edición o autor, aún no lo decido. Volví una y otra vez sobre el miserable documento que tengo sobre la tesina, no llegan a cuatro hojitas minúsculas. Revisé la lista de las cosas pendientes de enero. Me bañé, me depilé, cené, me volví a bañar y tome la suficiente cantidad de agua como para despertarme a las 2, a las 4 y a las 8 definitivamente arriba. Es que sábado, suena prometedor.

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