viernes, 7 de diciembre de 2012
martes, 2 de octubre de 2012
lunes, 24 de septiembre de 2012
lunes, 23 de julio de 2012
domingo, 24 de junio de 2012
Lo que el BAN nos dejó.
“El crimen perfecto existe. Y es tan perfecto que ni siquiera se lo
menciona”, arrojó Ernesto Mallo escritor
y director de BAN, “Buenos Aires Negra”, el primer festival dedicado al policial en la
ciudad de Buenos Aires, en medio de la charla sobre, “Crimen en los medios”. Y puntualizó con
cifras. “En Estados Unidos, por ejemplo, las estadísticas dicen que el 25 % de
los delitos quedan sin resolver. En Argentina, se estima que más del 60 % de
los crímenes quedan impunes”, detalló el escritor. Pero del otro 40% por ciento, de aquellos casos que no corrieron la misma
suerte que los impunes y que marcaron la historia del delito en nuestro país,
se encargó de volverlos notorios, la prensa.
Para la historiadora, Lila Caimari, la estrecha relación entre crimen y
espectáculo no es nueva. “Narrar el delito es un ejercicio antiguo”, ironizó
Caimari. La autora, - estuvo a cargo de la charla sobre, “crimen y
espectáculo”-, marcó como hito las
últimas décadas del siglo XIX y las primeras del siglo XX como el espacio temporal
en donde se da con más fuerza, la aparición
del delito como espectáculo. Revistas de la época como “Sherlock Holmes”, “Caras y caretas”, o
diarios como “La prensa”, “La Nación” Y “Crítica”, que le dedicaron
innumerables páginas al policial sirven como espejo de la sociedad para la
historiadora. “La prensa de la época es una muestra de la memoria social del
delito, de lo que recuerda la sociedad en cada momento”, enfatizó Caimari.
Páginas plagadas de casos policiales que la gente seguía como si se
tratara de un folletín ilustrado por entregas. Imágenes montadas cinematográficamente, simulando los
escenarios reales. O la utilización del humor y la sátira para graficar hechos
delictivos en las ilustraciones de “Caras y Caretas”.
La gráfica también impulsó la figura del cronista de policiales. Un
periodista joven, que se adelanta en sus crónicas a la investigación policial y
que está mejor informado y más documentado que la propia policía. Marcando
muchas veces los errores y la negligencia de jueces y autoridades. Entre las plumas que marcaron la sección
policiales de los principales diarios encontramos a Fray Mocho de “Caras y
Caretas”, Gustavo Germán Gonzales de “Crítica”
y Roberto Arlt de, “El Mundo”. Encargados de saciar el apetito de
intriga de los lectores porteños durante las primeras décadas del siglo XX.
A fines del siglo XIX, el caso de
Francisca Rojas, la mujer que mató a sus dos hijos por despecho, se convierte
en el primer crimen resuelto mediante las huellas digitales por el sistema creado por, el nacionalizado argentino, Juan Vucetich.
Agatha Califfi, la hija de Don Chicho Galiffi, apodado como el al capone
argentino, cumple una condena ejemplar por su vinculación con los negocios de
la mafia local. “El pibe cabeza”, que tenía en su haber decenas de robos,
resulta herido de muerte al enfrentarse en un tiroteo policial. El dibujante
Lino Palacios es brutalmente asesinado junto a su mujer en su casa de Recoleta,
por su sobrina y dos cómplices más. O los crímenes cometidos por Yiya Murano, la mujer que
cae presa cuando se descubre que envenenó con cianuro a sus amigas porque les
debía plata. Fueron algunos de los casos más resonantes que recorrieron las primeras
planas de los diarios del país. Generando un impacto que sorprendía a los
propios delincuentes. Cayetano Santos Godino, más conocido como, “el petiso
orejudo”, al momento de ser capturado en 1913 por los crímenes que había cometido,
tenía un recorte del diario “La prensa” sobre su último crimen. Le había pedido
a un amigo que se lo leyera porque él era analfabeto.
El propio Jacobo Timerman tuvo
que dejar de lado el decoro elitista para incorporar en las páginas de su
publicación “la opinión”, el hecho policial que conmovió a principios de los 70,
el caso, “Robledo Puch. “El ángel de la muerte”, así lo había bautizado la
prensa, a sus 20 años había matado a un decena de personas y fue retratado en la memorable crónica de
Osvaldo Soriano para el diario de Timerman.
Mas acá en el tiempo, casos mediáticos como la muerte de María Marta
Belsunce, la mujer que fue hallada muerta en su casa del country, “El carmel”, en 2002, instauraron una nueva
categoría en la página de los policiales, “El crimen en el country”. Ese lugar idílico que prometía tranquilidad y
remanso hacia fines de la década del 90 a sus propietarios de clase acomodada.
Y que se convirtió en escenario narrativo de una nueva forma de crimen que tuvo
un impacto social inédito. Para la médica psiquiatra y forense María del Carmen
Almada, el caso, “Cobró una relevancia social que hizo notorio el pedido de
justicia”. “Hubo un vuelco radical en el protocolo de las peritaciones con el
caso Belsunce. Porque todos los casos en adelante se hicieron relevantes desde
lo social. Antes eso quedaba en la morgue y en el círculo de la familia y los
íntimos”, declaró la forense en la mesa, donde se habló sobre criminalística criminalística, “Los muertos hablan”.
También en la literatura se reflejó esta nueva manera de narrar el crimen. Claudia Piñeiro escribió, “Las viudas de los jueves” y
el escritor Raúl Argemí, lo hizo en, “Retrato de familia con muerto”. Poniendo
de relieve temáticas actuales del país. “Me resulta difícil imaginar un
escritor que escriba al margen de la historia y más al margen de su historia
personal. Y eso no has hecho incursionar directamente en relatos que tienen que
ver con la historia del país”, señaló Argemí en la mesa sobre, “crimen política
e historia”. “No se puede escribir una novela como Chandler, que es un
detective ladero de la policía, porque uno no cree en la policía y acá no hay
rubias malvadas, sino morochas, que terminan haciendo un mestizaje de novelas
policiales que son otra cosa”, ironizó, Argemí.
Pero no solo en la prensa escrita y en la ficción reina el policial. La
televisión contiene una cantidad considerable de tiempo destinada al policial
en sus emisiones diarias. Paulo Kablan, periodista de policiales, participó en
la mesa sobre "crimen y espectáculo",
habló acerca de por qué el policial capta la atención de los espectadores: “El
policial atrapa cuando tiene ingredientes que lo hacen distinto y atractivo
como la originalidad y el misterio”. “Por ejemplo una historia que parece que
va hacia un lado y después vira. Eso engancha al espectador porque le permite jugar
al investigador”, dijo Kablan.
No por nada las estrellas indiscutidas de esta primera edición del
festival, “Buenos Aires Negra”, fueron la “Garza Sosa” el legendario asaltantes
de blindados local y desde Barcelona Dani, “El Rojo”, delincuente célebre en
España. Mostrando que la fascinación por
el delito en lectores y escritores, sigue intacta.
miércoles, 13 de junio de 2012
miércoles, 23 de mayo de 2012
lunes, 21 de mayo de 2012
miércoles, 4 de abril de 2012
jueves, 22 de marzo de 2012
lunes, 12 de marzo de 2012
Mi hombre de confianza.
Me enteré esta mañana cuando tratando sin suerte de dar con un pediatra para la nota de salud que estoy haciendo, llamé a su consultorio. Ahí supe, por medio de un mensaje grabado que mi pediatra dejaba de atender porque se jubilaba. Se despedía así de sus pacientes y les agradecía por los años compartidos y la confianza. Me emocionó escuchar otra vez ese tono de voz ameno y cálido sin exagerar.
Durante casi trece años, mi pediatra fue mi hombre de confianza. La persona a la que le podía preguntar y contar casi cualquier cosa. A veces, mi madre se horrorizaba de mi desparpajo. "Marina, ¿cómo vas a preguntarle eso al doctor? Él, siempre contestó sin inmutarse. Por eso me dolió tener que dejarlo y estiré todo lo que pude la despedida. Pero cuando estaba por cumplir trece y a pesar de mi resistencia tuve que dejar de visitarlo. Me habló como me había hablado siempre, de adulto a adulto. Me dijo que ya no podría atenderme, que estaba creciendo y que necesitaba otro tipo de cuidados. Pero que iba a estar ahí, por si yo quería visitarlo.
Contacté a mi pediatra hace ocho años atrás para una de mis primeras notas. Un perfil periodístico para una materia- taller de la facultad. El resultado del texto hoy me avergüenza por lo edulcorado. Más cercano a la cursilería que a la calidez con la que supo contenerme durante tantos años de consulta. Sin embargo él, gentil como siempre, me devolvió el siguiente mail.
Hola Marina!
Muchas gracias por el artículo. Pese a que reconocía mis palabras, me emocionó el leerlo, como si las hubiera dicho otra persona. Le has dado un estilo casi poético. No sé si tus profesores te podrán hacer alguna crítica constructiva desde lo técnico, para mí, está perfecto. Nuevamente muchas gracias.
un beso y hasta cualquier momento.
R.D.
Nunca antes había pensado en tener un hijo. Pero esta mañana en las líneas del mail que le envié le deslicé mi tristeza, porque si alguna vez considero la idea, a quién voy a consultarle?
jueves, 1 de marzo de 2012
miércoles, 15 de febrero de 2012
Por noches como las de ayer, todavía pienso en lo maravillosamente bien que te hubieras llevado con mis amigos.
También acabo de ver la foto de alguien, exactamente en la misma pose que tenías vos en aquella foto. Iba a subirla, pero te hubieras dado cuenta y ya no tiene ningún sentido, más que la melancolía.
También acabo de ver la foto de alguien, exactamente en la misma pose que tenías vos en aquella foto. Iba a subirla, pero te hubieras dado cuenta y ya no tiene ningún sentido, más que la melancolía.
miércoles, 8 de febrero de 2012
Una forma de auto-boicot.
Ya debo haber escrito unas ocho veces este
texto. Así que la primera conclusión es un poco obvia. No soy buena para las
presentaciones. Lo siguiente que tengo para decir es un poco más optimista.
Me ponen
contenta los jazmines, las tazas rebosantes de café con leche y encontrar la
combinación perfecta entre alguna prenda antigua y otra que acabo de comprar.
Me gusta escribir cartas con lapicera de pluma, coleccionar libretas que jamás
voy a usar, ir al cine, salir a caminar en un día de sol y el olor a coco. Me
hace sentir que siempre es verano.
Una
versión apta para todo público de mi misma diría que, no salgo a ningún lado
sin un libro o una revista en la cartera. Que a veces no puedo controlar mi
verborragia. Que me encanta cocinar para mis amigos. Que la elección de la música
de mi mp4, suele ser una radiografía de mi estado de ánimo. Que me gusta oler
rico. Que no me gusta que me repitan las cosas. Que a veces canto debajo de la
ducha aunque desentone. Que detesto pelear, pero que odio no tener la razón. Que
adoro la cursilería en todas sus manifestaciones y que no podría vivir sin
hidratos de carbono.
En
alguna parte también, debería decir que escribo. Aunque me gusta enfatizar el
hecho de que todavía, leo mucho más de lo que escribo.
jueves, 26 de enero de 2012
martes, 17 de enero de 2012
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